Sabor a nada
La ausencia de directrices le ha devuelto a la Bolsa todo el sabor del verano, aunque ahora con el agravante de saber que las expectativas económicas son malas para los próximos tres años, pues ese es el plazo establecido en los planteamientos gubernamentales sobre salarios de cara a conseguir un pacto social. La llamada propensión marginal al consumo, que distingue a una economía dinámica de otra apoyada en el gasto básico es lo que está en juego, y los inversores saben que muchas empresas se verán afectadas por esa situación. El índice del mercado era ayer un buen resumen de la coyuntura en la que la Bolsa se encuentra inmersa, ya que hay temor a una caída de las cotizaciones y no hay gas suficiente para mantenerlas, ahora que el apoyo del dólar ha desaparecido. El volumen negociado, con algo más de 17.000 millones de Pesetas efectivas, da fe del final del arbitra e y enfrenta al mercado españolcon sus problemas internos.El análisis gráfico mantiene algunas reservas sobre la capacidad de las cotizaciones para superar el actual nivel, aunque hay un margen amplio hasta el soporte del 260%. En el fondo, todo depende todavía de la paridad peseta-dólar, a pesar de que algunas cotizaciones no encajen con la evolución de la economía real. En el exterior sólo Francfort y Tokio conseguían avances, aunque ni éstos ni las pérdidas resultaban significativos de cara al medio plazo. El índice general de Madrid terminaba la. sesión con un recorte del 0,19%, 51 centésimas, mientras que para el Ibex 35 la baja era del 0,27%.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.