Cuatro años cautiva en casa
La premio Nobel de la Paz birmana continúa en arresto domiciliario por sus ideales democráticos
La junta militar birmana, acertadamente llamada Consejo Nacional para la Restauración de la Paz y el Orden porque siempre las aseguró a golpes y bayonetazos, mantiene bajo arresto domiciliario a Aung San Suu Kyi, premio Nobel de la Paz de 1991 y seguidora de los principios de no violencia formulados por Gandhi. La detenida comienza hoy su quinto año de cautiverio. Perdió la libertad el 20 de junio de 1989, poco antes de que su partido, la Liga Nacional para la Democracia, se impusiera abrumadoramente en unas elecciones generales cuyos resultados no fueron respetados por el Ejército."En nombre de todos aquellos que luchan por el establecimiento de un Gobierno democrático en Birmania, la coalición nacional pide al Consejo Nacional para la Restauración de la Paz y el Orden (SLORC) la libertad incondicional de Aung Sang Suu Kyi", se pidió ayer en una declaración publicada en Bangkok por el Gobierno en el exilio. Los militares aceptan liberarla, pero únicamente si inmediatamente después abandona el país. "A pesar de estar ilegalmente detenida, nuestra líder continuara su lucha por los derechos humanos básicos, la paz y la democracia de los habitantes de Birmania". La dictadura, con más de 30 años de experiencia, es de aquellas que cubre las calles de las ciudades con advertencias y lemas guerreros. "únicamente con la disciplina habrá progreso", subraya uno de ellos en Rangún, la capital de una nación disciplinada a tiros y empobrecida por gobernantes que dedican atenciones y esfuerzos a la modernización de fusiles y comisarías.
"El pueblo aplastará a, quienes amenacen nuestra unidad", amenaza a su vez otra valla en la capital, donde una guardia armada vigila permanenternente el domicilio de Aung San Suu Kyi, de 47 años, en la avenida de la Universidad. Dos barcas con ametralladoras permanecen de plantón en el lago limítrofe con la trasera de la vivienda. Fue precisamente la tenacidad de la detenida en la defensa de los derechos e igualdad de las minorías étnicas birmanas una de las razones más apreciadas por el Comité del Nobel. Gobiernos, anteriores laureados y distintas personalidades piden desde hace cuatro años la liberación de la mujer arrestada poco después de que el Gobierno militar que precedió al SLORC, en 1988, se comprometiese a celebrar elecciones libres y restablecer la democracia. Ocho meses antes de los comicios fue detenida, pero esa circunstancia no impidió que su -Partido arrollase en las elecciones de 1990: obtuvo 392 de los 485 escaños parlamentarios en juego.
La Asociación de Países del Sureste Asiático (ASEAN), uno de los organismos con más influencia sobre la junta birmana, no ha sido una instancia especialmente enérgica en la exigencia de liberación incondicional. Su política de "constructiva relación" apenas ha incomodado al Gobierno de Rangún. El australiano Ross Daniels, que representó a Amnistía Internacional en una reciente gestión por la puesta en libertad de Aung San Suu Kyi, afirmaba que "en Birmania están los nuevos campos de la muerte. Es la Bosnia-Herzegovina de Asia", en referencia a la represión de las minorías. Y la demanda internacional no se agota en la liberación de la premiada. Se piden también conversaciones con el partido que ganó las elecciones de 1990 a pesar del confinamiento de su líder. Y después, la democracia robada.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.