Cacho no pudo salvar el aniversario olímpico

El aniversario deportivo de los Juegos Olímpicos resultó un fiasco. Ni siquiera el voluntarioso Fermín Cacho salvó los muebles. Su intento de batir récord acabó irreconocible: se quedó a más de tres segundos del tope español de José Luis González. Él lo intentó. Por las marcas, es dudoso el empeño de las otras dos figuras del reducido cartel. El ucranio Serguéi Bubka se quedó en 5,61 metros en el salto con pértiga, mientras que el cubano Javier Sotomayor no pudo franquear más de 2,30 metros en altura.

Tampoco los 18.700 espectadores -20.500 en 1991- fueron suficientes para batir el récord de asistencia a la reunión barcelonesa. Y para mayor fatalidad, Valentí Massana y Sandra Myers se lesionaron cuando falta menos de un mes para el Mundial.Cacho lo puso todo, absolutamente todo, de su parte. Quería corresponder al público que le llevó en volandas a su histórico triunfo de hace un año. La noche acompañaba. El público había tenido que contener sus ganas de volcarse con alguno de los artistas. La temperatura era agradable. Pero la reunión se torció desde el principio. Despedido Bubka hacía ya bastante, comprobada la discreción de todas las marcas, Cacho se quedó sólo ante el peligro. Él y sus liebres.

Tomás de Teresa, plusmarquista de España de 800 metros, era quien debía tensar la galopada desde el pistoletazo. La primera vuelta fue esperanzadora. Se pasó por los 400 metros en 55 segundos, el registro que tenía en su chuleta Enrique Pascual, el entrenador del atleta soriano. Pero algo empezó a funcionar mal cuando el keniano Joseph Chesire, la segunda liebre, empezó a quedar algo frenado. De Teresa había bajado el pistón. Los 800 metros se ventilaron en 1m 54s, casi tres segundos por encima de lo requerido. Luego vino lo peor. Chesire no supo cómo recomponer la galopada. Cacho empezó a sentirse incómodo. Cuando sobrepasó al keniano, al paso por los 1.100 metros aproximadamente, el déficit respecto a lo requerido -2m 48s- era algo superior a los dos segundos. Cacho se quedó solo. Más solo que la una. El y el griterío del público, absolutamente volcado, pero que apenas llenaba una cuarta parte del recinto. No pudo ser. Cacho se entregó a fondo. Hasta el final. El escaso botín fue el reconocimiento de la gente y un récord, el único de la noche, casi simbólico, el de la, historia del mitin, con 3m 33,36s. Lejos de los 3m 30,92s que mantiene José Luis González como tope español y mucho más lejos de los que hacen plusmarquista mundial a su gran rival, el argelino Nouredine Morceli, con 3m 28,82s.

El resto fue peor, mucho peor. Javier García Chico se fue a la ducha tras haber saltado únicamente 5,41 metros, muy lejos de su récord de España (5,75). Dejó solos a los hermanos Bubka. Vassili tampoco animó a Serguéi. El primero falló sobre 5,71 y el segundo, tras pasar los 5,61 con holgura, se atrancó de forma definitiva con 5,81 metros. Ratificó su floja temporada y se ganó de nuevo una repetición de los silbidos de desaprobación que le brindó el público barcelonés cuando en los Juegos Olímpicos no pudo con los 5,75 metros.

El cubano Javier Sotomayor sobrepasó los 2,30 metros con una elegancia que hacía presagiar algo bueno. Pero sus tres intentos sobre 2,40 fueron inútiles. Y ahí se acabó la historia. La escasa participación no daba para mucho más. Antonio Peñalver se impuso al campeón olímpico de decatlón, el checo Robert Zmelik. Pero fue en una nueva especialidad -triatlón con peso, altura, y 110 metros- que los organizadores se sacaron de la manga y que quedó un tanto diluida.

En cinco kilómetros marcha ganó Daniel Plaza, quien no tuvo rival después de que Valentí Massana sufriera una distensión muscular cuando encabezaba la prueba en la última vuelta. No fue un día propicio para los españoles. Sandra Myers ni siquiera pudo competir en 400 metros debido a que durante el calentamiento previo también sufrió una contractura muscular. Cayetano Cornet hizo una más que discreta marca en 400 metros, 47,14 segundos. En el resto de las pruebas tampoco se registraron marcas dignas de mención.

Hubo que coger la vara de medir récords negativos. Por ejemplo, tres atletas estadounidenses de alguna reputación, Deloach, Heard y Witherspon, hicieron más de 11 segundos en los 100 metros. Algo insólito por lo negativo. Los ganadores del resto de pruebas fueron Hawklns (1, 3,60s en 110 vallas), Kirmasov (76,20 metros, martillo), Couriger (22,09s en 200 lisos), Prieto (Im 48,37s en 800 lisos), Kitur (45,35s en 400 lisos), Stewart (10,43s en 100 lisos) y, en mujeres, Grifftihs (4m 10,64s en 1.500 lisos), Alonso (58,02s en 400 vallas), Marín (24,74s en 200 lisos), Mardomingo (13,53s en 100 vallas), Davis (11, 5 1 s en 100 lisos), Tledtke (6,69 metros en longitud), Martín (63,46 metros en disco) y Williams (51,69s en 400 lisos).