El Reino Unido se recupera con un alza de la producción industrial del 1,8%

La economía británica sigue recuperándose. Ya son muchos los que llaman miércoles blanco, en lugar de miércoles negro, a aquel 16 de septiembre del año pasado en que la libra esterlina tuvo que retirarse del Sistema Monetario Europeo: desde entonces, las cosas no han dejado de mejorar. Los últimos datos son excelentes: la producción industrial creció un 1,8% en mayo, la mayor subida en cuatro años; la inflación se redujo un 0,1 % en junio y se situó en el 1,2% anual, la tasa más baja en 30 años; el desempleo también se redujo en junio, por quinto mes consecutivo, y la libra está cada día más fuerte.El canciller del Exchequer, el exuberante Kenneth Clarke, afirmó ayer que "ya no quedan dudas" sobre la recesión: "Es cosa del pasado", dijo. El primer ministro, John Major, procuró ser más cauteloso ante la Cámara de los Comunes: "La economía va bien", declaró, "pero hace falta que nuestros socios comunitarios se recuperen para alcanzar un crecimiento estable".

El Reino Unido suele ser un lastre político para la Comunidad Europea. Pero, en términos económicos, la situación es ahora la contraria. La recesión de sus principales socios comerciales, Francia y Alemania, está frenando la recuperación británica. El cambio de papeles permite cantar victoria a los críticos del Bundesbank y su empecinamiento monetario.

La recuperación es todavía débil. Muestra de ello es la bajísima inflación, que debería reflejar con un repunte las consecuencias de la devaluación de 1992. No hay repunte, y eso revela que la demanda interna sigue bajo mínimos. Los empresarios están recuperando la confianza, según las encuestas, pero los consumidores siguen cautelosos.

A falta de clientes en las islas y en el continente europeo, los industriales británicos están descubriendo mercados más remotos. Australia, los países asiáticos y Estados Unidos absorben el crecimiento de la producción en el Reino Unido.