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El torneo mima a sus figuras

La evolución del Open. El Open (los británicos llaman así, simplemente, a su campeonato porque para ellos es como si no existieran otros abiertos) ha evolucionado en sus 122 ediciones en todos los sentidos. Desde el de sus premios simbólicos para el ganador, un cinturón de 1860 a 1870 y una jarra a partir de 1871, hasta el de los económicos: ni una libra al principio, 6 en 1864, 50 en 1910, 1.250 en 1960, 5.250 en 1970, 25.000 en 1980, 85.000 en 1990 y 100.000 en 1993. También el número de los espectadores se ha disparado: en 1962, en Troon, fueron 37.098 y en 1990, en Saint Andrews, la cuna del golf, 208.6801, el récord vigente.El cambio de Niciclaus. Quien también ha cambiado sus perspectivas en mucho menor plazo, 12 meses, ha sido Jack Nicklaus, al que contemplan 18 títulos del Grand Slam (más que nadie) de 1962 a 1986 y entre ellos tres del British (1966, 1970 y 1978). El estadounidense se mostraba apesadumbrado en julio de 1992 porque sus lanzamientos de salida se burlaban de él por más drivers que probaba. Se concedió un margen hasta diciembre para recuperar un tono aceptable o retirarse a meditar. Ahora es diferente. Se impuso la semana pasada por segunda vez en el Open de Estados Unidos para mayores de 50 años (él tiene 53) y se siente como un niño con zapatos nuevos: "Si no hubiera conseguido ese triunfo, no habría venido a Sandwich".

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La aparición de Pyman. lan Pyman, un inglés de 20 años que se proclamó en mayo campeón del Open en la categoría de aficionados, es una de las grandes esperanzas británicas para un futuro. De momento, ya, puede presumir de haber figurado como líder en el absoluto. Echó a andar junto al legendario surafricano Gary Player y el norteamericano Larry Mize en el tercer partido y sus birdies en los hoyos 2, 6 y 7 le colocaron con una espléndida tarjeta provisional de -3, inferior entonces a la de cualquier otro competidor. Sin embargo, al verse ahí arriba, le asaltaron los lógicos nervios e incurrió en dos bogeys consecutivos en el 8 y el 9. Se rehizo después y acabó, con -2, a la expectativa. Fiel a su costumbre con los jóvenes, Player le aconsejó.

El carisma de Faldo. Hoy por hoy, en cualquier caso, el golf europeo gira en torno a Nick Faldo, el número uno mundial. Hasta los ojos de los incipientes jugadores rusos (sólo disponen de un campo, de nueve hoyos, aunque se está construyendo otro) y lituanos (uno, de tres) se fijan en él. Sendos representantes suyos, Alexey Matrosov (17 años) e llze Barovska (17), se han entrevistado con él en estos días para, entre otros fines, hacer publicidad de sus causas y recabar ayudas, tanto de material como de técnicos y clases, para desarrollarlas. Por lo pronto, ambos han sido invitados durante 15 días para intentar obtener el hándicap imprescindible para tener acceso a los clubes británicos.

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