El periódico de nunca acabar

El periódico más antiguo de Estados Unidos, The New York Post, no salió este fin de semana a la cita diaria con los lectores que inició hace 192 años. La interrupción en la publicación del rotativo neoyorquino el pasado sábado se produjo después de que el empresario de comunicaciones australiano Rupert Murdoch anunciara que retiraba su plan de salvación para el diario por falta de entendimiento con los representantes sindicales.Según portavoces de la compañía de Murdoch, America News, el Post ha perdido 300.000 dólares (unos 30 millones de pesetas) por cada semana que ha transcurrido desde que el pasado marzo se hiciera cargo del periódico. Los representantes de Murdoch luchaban desde hacía semanas para que los sindicatos recortaran los gastos de manera que a final de año Murdoch redujera en cinco o seis millones de dólares (entre 500 y 600 millones de pesetas) los 16 millones de dólares (unos 1.600 millones de pesetas) que pensaba perder.

Los sindicatos, que desde que el periódico se declaró en suspensión de pagos, hace dos años, han hecho diversas concesiones, no aceptaron el ultimátum de Murdoch que ha precedido a su retirada. Los líderes sindicales confiaban en que el interés del empresario australiano por volver a controlar un diario que tuvo que vender en 1988 por una ley antimonopolio norteamericana no se tradujera en la compra final bajo las condiciones señaladas. A pesar de que desde 1976 a 1988 The New York Post acumuló 150 millones de dólares de pérdidas, el multimillonario australiano se ofreció el pasado mes de marzo a volverlo a comprar tras obtener un permiso especial del Congreso para escapar al control del reglamento que prohibe poseer una emisora de televisión (Murdoch tiene la Fox) y un periódico en la misma área.

El pasado viernes, los portavoces de Murdoch anunciaron desde Europa que su retirada no se trataba de una jugada empresarial para forzar a los sindicatos a ceder. Sin embargo, fuentes cercanas a la negociación apuntaron que Murdoch puede volver a la escena en cualquier momento. De no ser así, The New York Post pasará a estar bajo el control del tribunal que gestiona la suspensión de pagos. Si no aparece un nuevo comprador, la Corte de Justicia decretará la venta de sus bienes y el diario fundado por Alexander Hamilton desaparecerá antes de cumplir su 193º aniversario.

La historia del cierre del Post no se puede dar por concluida, ya que al menos un par de empresarios que han invertido su dinero en este periódico en los últimos meses han anunciado planes para volver a hacerse cargo de las pérdidas y así conseguir el control.

El periódico, que ya fue una vez salvado por una llamada de última hora de la columnista de cotilleo a un amigo multimillonario, no se puede dar aún por muerto, o al menos eso es lo que ha asegurado el propio gobernador de Nueva York, Mario Cuomo, que ha emprendido una frenética carrera personal para encontrar a un hombre de negocios que se haga cargo del rotativo.