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Ejemplar pena de 60 años para un hombre que violó dos veces a una misma mujer

Francisco Javier Cirilo Piri, de 27 años, ha sido condenado a 60 años de prisión por haber robado y violado dos veces a una misma mujer en apenas dos meses. Esta condena, considerada "ejemplar" en círculos judiciales, es una de las más contundentes impuestas en España por delitos similares. El procesado había adquirido casi la costumbre de acudir al domicilio de la víctima y violarla amenazándola con una navaja.

La Sección Tercera de la Audiencia de Madrid declara probado que, el 8 de diciembre de 1988, Cirilo Piri abordó a María T. G. B. cuando ésta se disponía a entrar en su domicilio. Tras amenazarla con una navaja, entró con ella en la casa. Una vez dentro, le sustrajo las 400 pesetas que llevaba en un bolso y, con la navaja en la mano, la condujo al dormitorio y la obligó a desnudarse. Tras consumar la violación y limpiarse con una toalla de la víctima, le advirtió que no se le ocurriera acudir a la policía.Ella, no obstante, se cambió de ropa, se duchó y fue al hospital Gregorio Marañón para que la reconociesen. Allí, los médicos certificaron un "edema" en su vagina. Al día siguiente presentó una denuncia en la comisaría de Ventas.

No satisfecho con su primera salvajada, aproximadamente un mes después, María T. G. B., de 29 años, volvió a toparse con Cirilo Pir¡. Él se había ocultado en el rellano de la escalera del piso, situado en la calle de Alcalá, y repitió la operación: se apoderó del dinero que llevaba en el bolso (cantidad sin determinar) y, tras conducirla al dormitorio, la violó de nuevo. La amenaza sobre el mutismo que debía guardar se repitió también.

En esta ocasión, la víctima no denunció el hecho, aunque, asustada, dejó durante un mes su vivienda. Meses después, el procesado regresó al domicilio de María T. G. B. Llamó al timbre, pero ella no le abrió: se dio cuenta por la mirilla de que era el violador y avisó a la policía. Pero el delincuente huyó antes de que los agentes llegaran. Fue detenido una semana después. La víctima le identificó mediante fotografías y en una rueda de reconocimiento policial.

Relato creíble

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El procesado, que disfrutaba de permisos carcelarios cuando cometió ambos delitos, negó al tribunal conocer a la víctima y ser el autor de los hechos.

El tribunal (integrado por los magistrados Félix Alfonso Guevara, ponente de la sentencia; Carlos Ollero Butler, y Pilar Abad) entiende que sí lo fue. Se ampara, entre otros hechos, en la abundante jurisprudencia consultada y en la "evidente credibilidad" del relato de la víctima.

Aunque los médicos no apreciaron que la mujer hubiese sido forzada, sí observaron una "actividad sexual" coincidente con su relato y con los pasos que dio tras ser objeto de ambas agresiones sexuales.

La Audiencia estima también que el hecho de que el procesado no eyaculase -sólo cuando cometió la segunda violación- dentro de los órganos sexuales de la víctima "en modo alguno afecta a la consumación" del delito.

El tribunal le ha impuesto 60 años de cárcel (30 por cada uno de los delitos) por entender la gravedad (dos robos con violación y lesiones), la reincidencia del reo y "su perversidad" al utilizar un arma blanca para amedrentar a la víctima. La actitud de Cirilo Piri, entiende el ponente de la sentencia, se ve agravada también por el hecho de que violase a María T. G. B. en su prop¡a casa. "Normalmente, un robo con violación suele ser castigado por los jueces con penas que oscilan entre los 15 y los 20 años de cárcel", aseguran fuentes judiciales.

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