Numerosos fieles se sientan en el suelo en la primera misa de la Almudena

Numerosos fieles, entre los cientos de personas que abarrotaban ayer la catedral de la Almudena, tuvieron que asistir sentados en el suelo a la primera misa abierta al público que se celebra tras la consagración del templo, oficiada por el papa Juan Pablo II el pasado martes. Las obras de construcción de la Almudena aún no se han dado por finalizadas."Señora, por favor, agáchese" o "no me empuje, que me está haciendo daño" fueron algunas de las frases más repetidas entre los congregados en la catedral. Durante la ceremonia de ayer, los fieles, en su mayoría personas mayores, se agolparon en las tres naves de la Almudena. Algunos ancianos siguieron la misa desde el suelo, sentados en los laterales de la escalinata que conduce al altar. Mientras, un guardia de seguridad intentaba poner orden entre los feligreses que intentaban acceder hasta las primeras filas, que ya estaban copadas por el público.

Tras la inauguración' papal de la nueva catedral madrileña, el arzobispo de Madrid, el cardenal Ángel Suquía, ha celebrado otras dos misas en la Almudena, el viernes y el sábado pasados, aunque reservadas a sacerdotes y religiosas de la diócesis, respectivamente.