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LA NUEVA LEGISLATURA

Los empresarios 'empujan' a Pujol a aceptar la coalición "para gobernar la crisis"

Los empresarios españoles han intensificado sus presiones al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, para que Convergéncia i Unió (CiU) forme parte de un Gobierno de coalición. El Círculo de Empresarios, el Círculo de Economía, las patronales vascas (Círculo y Cámara de Vizcaya), el Instituto de la Empresa Familiar y el propio presidente de la patronal europea UNICE, Carlos Ferrer Salat, empujan a Pujol a que exprese en un pacto de gobierno la voluntad de la clase industrial. A su juicio, "Pujol debe asumir el eventual coste del Gobierno de coalición para poder gobernar la crisis económica".

Los foros empresariales -a excepción de la CEOE, que guarda silencio, y el presidente de la CEPYME, que reclama un pacto en el que participen "sin excepción" todos los grupos- defienden la coalición socialismo-nacionalismo como la expresión más fiel del nuevo concepto de hegemonía nacido de las urnas.La voz de los 100 grandes patronos reunidos en el Instituto de la Empresa Familiar (IEF), que en su última junta contaron con la presencia del vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, tiene la solemnidad de las grandes ocasiones. Leopoldo Rodés, presidente del IEF, mantuvo el viernes una entrevista con Pujol en la que el presidente de la Generalitat pudo contrastar el deseo de los empresarios de que se concrete "un Gobierno de coalición o, en el peor de los casos, un pacto de legislatura". El IEF considera que el resultado electoral exige fortalecer el papel de González por el centro derecha; y en esta dirección, Rodés es contundente: "La coalición PSOE-CiU es el único camino".

"El soporte empresarial hacia el pragmatismo político de Miquel Roca [secretario general de CDC] merece un papel preponderante, que debe ser recogido por Pujol conduciendo a CiU hacia la coalición". En esta convicción convergen las tribus ideológicas del Círculo de Economía, que en torno al sesgo nacionalista del actual presidente, Joan Molins, agrupa otras corrientes como el centrismo histórico de Juan Antonio Delgado o Carlos Güell, el corte democristiano de Enrique Corominas o el socialismo de Emest Lluch, ex ministro de Sanidad y rector hoy de la Universidad Menéndez y Pelayo. Todos ellos así lo manifestaron a este diario.

La misma postura cuenta con el apoyo de Jaime Tomás -consejero del Grupo Carulla (Agrolimen), consagrado a la tarea de unir criterios entre el Círculo y la Empresa Familiar, dos instituciones coincidentes en el empeño de fortalecer la política industrial española propulsando a un empresario al frente de este ministerio.

Otro pragmatismo, en este caso el vasco, va desvelando la postura de algunos hombres de empresa como José Manuel de la Rica (Confebasc) y José María Vizcaíno -Círculo de Empresarios y Cámara de Comercio de Vizcaya-, quienes se mostraron a este diario proclives a que el nuevo equipo de González recoja el reformismo del PNV.

"Pero la primera voz empresarial reclamando la alianza del socialismo con los nacionalismos surgió en Madrid", recuerda Carlos Espinosa de los Monteros, presidente del Círculo de Empresarios. Fue al día siguiente de las elecciones cuando esta institución difundió una nota que provocó disensiones entre sus socios.

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Los ultraliberales

La necesidad de un Gobierno fuerte para afrontar un plan de salvación económica -en que el primen una política fiscal restrictiva, la reforma laboral y la moderación salarial- ilustra el último Informe de coyuntura del Instituto de Estudios Económicos (IEE), dirigido por Víctor Mendoza. En este ideario comulgaron muchos de los cachorros de la galaxia ejecutiva congregados en un hotel de Barcelona -al que excusó su presencia Miquel Roca- poco antes de la contienda electoral, convencidos avant la lettre del fin de la era socialista.

La noche del 6 de junio transformó el balance del análisis macroeconómico, capturado siempre por la hermenéutica. Fue después del resultado. Los ultraliberales, concomitantes con el programa económico del PP, cambiaron de posición para aceptar la bisagra razonable, la misma que exige a Pujol "superar el coste político de un pacto de legislatura con el PSOE" en palabras de Carlos Tusquets, ex presidente del Círculo de Economía.

Mientras, Carlos Ferrer Salat -presidente de la patronal europea UNICE- se suma a esta tesis y apela al sentido de la responsabilidad de los nacionalistas, a quienes exige su entrada en un Gobierno de coalición PSOE-CiU "para evitar el clima de ingobernabilidad que podrían provocar los pactos puntuales". Para Ferrer, "el efecto perverso de un Gobierno débil condicionaría peligrosamente a González hasta pactar, por ejemplo, la ley de huelga con IU y la reforma fiscal con CiU".

Ayer mismo, el presidente del Consejo de Cámaras de Comercio del Centro de España y de la Cámara de Madrid, Adrián Piera, dijo en Zamora que los partidos que negocian la formación del Gobierno no deben dar ningún paso atrás en sus responsabilidades, informa José Lera. Piera estima necesario que los partidos olviden los criterios de rentabilidad política. "El momento no es el más brillante para apuntarse tantos de Gobierno", señaló Piera, quien considera poco solidaria la postura de apoyar al Gobierno desde fuera. "Seamos por un rato un poco menos materialistas y pensemos en e el bien común", pidió Adrián Piera a los diferentes grupos políticos implicados en la formación de un próximo Gobierno, "porque el barco tiene que salvarse remando todos".

Salvando las distancias de matiz en cada caso, la obsesión del Informe de Coyuntura del IEE por un Gobierno estable y su énfasis en la economía productiva coinciden en su germen teórico con el documento del Círculo de Economía -Para salir de la crisis: construir un país con vocación productiva- y con el último informe del Círculo de Empresarios -Tres claves para salir de la crisis- En la misma línea, las propuestas populares del IEE en materia de rentas exigen "ajustar el crecimiento de los salarios a las posibilidades de las empresas", un concepto que se encuentra en el último informe de la Empresa Familiar.

La misma noche

La noche del 6 de junio, 3 5 empresarios catalanes evaluaban la victoria socialista en la sala de juntas de Fomento. Entre los asistentes, Antonio Algueró, Julio San Miguel, Santiago Fisas, Alfonso Vilá y Juan Rosell dieron su apoyo al presidente de la gran patronal catalana, Alfredo Molinas, en tomo a un decálogo elaborado por el ideólogo de la institución, el diputado Manuel Milián Mestre (PP). Apoyado en la tradición más referendista que sufraguista de Fomento, el texto no llegó a ver la luz pública, pero sirvió de base a los debates internos, avivados por los "peligros de una victoria personal de González basada en un concepto de progreso sin articulación y en la irresponsabilidad de los nacionalismos, principales culpables de que jamás triunfe una opción de centro derecha".

La CEOE, por su parte, guarda silencio. Aunque el presidente de Cepyme, Manuel Otero Luna, indicó ayer en Cartagena que "lo que España necesita en estos momentos es un pacto de salvación nacional en el que participen todos los grupos políticos, sin excepción alguna".

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