La consagración de la primavera
Leo en la prensa que en los círculos del PP se comenta que habían perdido porque había votado el miedo. Y miedo sí sentí, pero lo sentí después de cerrados los colegios electorales, cuando para mi pasmo y estupor comparecieron los señores Ruiz Gallardón y Javier Arenas cual furias desatadas. Ahí de repente sí sentí el miedo, un miedo positivo si se quiere, porque no se trataba del que paraliza, sino del que pone en marcha.Volvieron de repente todos los viejos recuerdos, toda una realidad por años aparcada en el baúl de la transición y la convivencia pacífica. Se corrió el velo del olvido para mostrarme a los cachorros del aquí mando yo, de la arrogancia más negativa, la del desprecio por la opinión ajena aunque ésta sume millones.
Es bueno recordarles que frente a sus 8.169.585 votos, aunque hubiesen ganado, se oponen un total de 14.582.894 que no piensan como ellos.
Para las próximas elecciones me han ahorrado mucho de mi valioso tiempo. Su campaña no precisaré seguirla para saber qué alternativa ofrecerán. Ahora ya lo recuerdo nuevamente.-
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