Cariños
Todo el mundo le está haciendo cariños, desde el presupuesto de que él sí era bueno, pero los malos no le dejaban enterarse de lo que pasaba y en los consejos de ministros sólo le hablaban del Fondo Monetario Internacional y de la sequía, y luego, como sólo lee prensa adicta y ve televisión casera, pues se entera de lo que se entera, y así que nadie se sorprenda si va por el bosque de los bonsáis como Caperucita Roja..., itralará larita!..., en busca de su abuelita. Comprendo que hay que creer en algo y en alguien y que no hay amor sin autoengaño, y me parece muy higiénico que un país construya sus santos civiles con mucha más santa inocencia que la demostrada por la Iglesia a la hora de construir sus santos sobrenaturales. Pero sería aconsejable no llevar el autoengaño al territorio del esperpento, donde el señor jefe e Gobierno podría sufrir una transubstanciación y convertirse en una aparición de la Virgen.Felipe González debe madurar, y aunque le guste que le den de comer en la boca ... (una cucharadita por Alfonsito ... ; otra por José Bono..., bono... bono, ¡qué bono está el potito Bledine! ... ; otra para Felipín ... ; una capsulita de Filesa ... ; esta cucharadita por los paraditos ... ), tendrá que demostrar que ha recibido el mensaje, tal como anunció el día de la victoria, y revelar su contenido. Yo creo que el mensaje decía: "`Ahora o nunca". Que no haga caso, una vez más, de las malas compañías, que le incitarán a hacerse del mensaje un sayo y a ganar tiempo. Y sobre todo que no haga caso de esos sociólogos Armani monopartidarios del bipartidismo, porque mientras los sociólogos Arman¡ a la española diseñan bipartidos y bonsáis, los sociólogos Arman¡ a la italiana están diseñando el futuro de la partitocracia maquiavélica: el limbo. Demasiados mimos. Señor presidente, peléese con alguien de vez en cuando. Con uno más bajito. Desde luego.
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