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Los contratos del campeón

Sergi Bruguera vende muy bien su imagen, pero prefiere comprar sus raquetas

Ganar el Roland Garros es lo más grande. Pero lo que le sigue no tiene desperdicio. Gracias a su triunfo en París, Sergi Bruguera aumentará sus ingresos de forma notable. Sus nuevos contratos por los derechos de imagen, ropa, zapatillas y por lucir etiquetas van a incrementarse. Algunos campeones, como Andre Agassi, multiplican por ocho sus ingresos en premios cuando les suman las aportaciones de sus contratos publicitarios. Bruguera no ha llegado aún a tanto.

Sin embargo, el jugador español se niega en redondo a firmar ningún contrato de raquetas. Prefiere comprárselas. La firma austriaca de raquetas Kneisel cerró en 1988. Pero Bruguera, que utiliza un modelo de esa marca desde su infancia, no quiere cambiar. "Yo no sé cómo se las arregla, pero cuando se le acaban las raquetas siempre encuentra otras para comprar", cuenta Fernando Soler, su agente en IMG (International Managament Group), que se ocupa de los asuntos comerciales de Bruguera. Sergi tiene ahora almacenadas unas 20 raquetas. Le quedan todavía para algunos meses.Si quisiera, podría cobrar alrededor de 25 millones de pesetas anuales por jugar con raquetas de cualquier marca del mercado. Se niega. "Ésa es la que me va bien", dice. Y en eso los jugadores son realmente maniáticos. Stefan Edberg comenzó a jugar a los 17 años con el modelo Pro Staff de Wilson y no quiso cambiarlo ni siquiera en los dos años que estuvo sin contrato. En uno de ellos ganó Wimbledon. Ahora mismo, Jim Courier y Pete Sampras -números dos y uno del mundo- juegan con Wilson, sin contrato. Bjorn Borg todavía conservaba su viejo modelo Donnay de madera cuando regresó al circuito el año pasado, a pesar de que la marca se negaba a fabricarle más raquetas.

Sin embargo, ése es sólo un capítulo. Hay muchos más. Bruguera va equipado con ropa y zapatillas Sergio Tacchini. En su camiseta lleva etiquetas de Honda, American Airlines y Tecnifibre. Durante el torneo de Roland Garros añadió la de Primagaz. "Es evidente que esto le supone una buena aportación económica, pero no voy a decirle cuál es", exclama Soler. "la cifra por la que cada jugador multiplica sus ingresos en premios depende en gran parte del mercado que tiene cada uno".

Soler no puede negar que el triunfo en Roland Garros abre puertas. "Los títulos son los que dan carisma. Hay que ganarlo en la pista", asevera. "Mucha gente descubrió el domingo a Sergi Bruguera, y se quedó con una gran imagen suya. El juego que desplegó en la final y el sincero parlamento con que se despidió ayudan a venderle mejor".

Para IMG, Bruguera es una apuesta acertada. Firmaron el primer contrato en 1988, cuando tenía 17 años. No era nadie todavía. "Vimos mucho talento", explica Soler. "Por otra parte, tenía una buena organización a su alrededor. Su padre llevaba bien las cosas." En los momentos difíciles en que Sergi encajó críticas y en que su fragilidad psicofísica le creaba problemas, ellos le renovaron el contrato. "Nunca tuvimos dudas. El que vale acaba demostrándolo. Era sólo una cuestión de tiempo. Debía encontrar su sitio".

Contar con el apoyo de una de estas empresas es clave para los jugadores. Les da seguridad y la tranquilidad de saberse solventes. "Es una gran ayuda. Y eso es importante porque los inicios suelen ser muy duros". Soler se convirtió en la sombra de Sergi. Alargaba la de su padre. Se preocupó de lograr las cartas de entrada en algunos torneos y evitó al jugador las temibles fases previas. Y asesoró a Bruguera en muchos otros aspectos.

IMG evalúa muy positivamente las posibilidades que se abren ahora en la carrera de Sergi Bruguera. "Comercialmente, debe mejorar algo su carisma. Estamos trabajando en ello. Deportivamente, ha confirmado en tierra batida todo su potencial. Pero sabemos que puede jugar bien en el Open de EE UU y en el de Australia". Además de ser un gran jugador, Bruguera es un filón. Hasta ahora ha ganado alrededor de 350 millones de pesetas sólo en premios. En París se olvidó el domingo de cobrar los 60 millones reservados al campeón. Los recogió el lunes.

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