El mercado del vídeo doméstico en España mueve más dinero que las salas de cine
El vídeo doméstico continúa implantándose cada vez más en España. El año pasado, el mercado del alquiler y compra de películas de vídeo movió 32.000 millones de pesetas. Ello supone una cifra mayor que la ingresada el mismo año por la industria cultural cinematográfica en concepto de exhibiciones en salas de cine -cerca de los 27.000 millones de pesetas-. Así se ha puesto de manifiesto en la cuarta edición de la Conferencia sobre el Mercado del Vídeo, que han celebrado en Madrid las principales compañías del sector, a las que se han unido por primera vez representantes de la edición de libros y periódicos, que se han constituido en los últímos tiempos en nuevos canales de distribución de imágenes.
En relación con el índice de penetración social del vídeo, en la actualidad posee un magnetoscopio el 56% de los hogares españoles y llegará dentro de algunos años a su nivel de saturación, es decir, al 75%.Además, se encuentran instaladas en España unas 20.000 antenas parabólicas que reciben programas vía satélite, y el 92% de los que tienen televisor la prefiere en color. Según las empresas que distribuyen y comercializan el vídeo (Duplico, Basf, Sony, Warner, Record Vision y Fox, entre otras), existen 400 emisoras ilegales de televisión, por cable o por ondas, municipales o vídeos comunitarios.
El público infantil continúa siendo el referente más importante del vídeo, como lo demuestra el hecho (te que sea la película La bella y la bestia la que batirá todos los récords de venta: los distribuidores esperan vender en el presente año un millón de copias de este vídeo, que en Estados Unidos ya ha alcanzado los 18 millones de ejemplares. Esta cifra supondrá una recaudación cercana a los 3.000 millones de pesetas por una sola copia. El récord de venta en España lo tenía hasta ahora el vídeo, también para niños, Peter Pan, del que se han vendido 600.000 copias.
Videoclubes
En contraste con la consolidación en general de la industria del vídeo, destaca la progresiva disminución del número de videoclubes, que en 1989 eran 11.000 en España; en 1990, 8.000, mientras que en 1991 eran sólo 5.000. También han disminuido las ventas y el alquiler de películas en los videoclubes españoles como consecuencia de la disminución del número de este tipo de centros.El mercado del vídeo doméstico ha encontrado, sin embargo, nuevos canales de distribución con la incorporación de otros sistemas, especialmente los que se asientan en el mundo editorial -libros, fascículos, revistas y periódicos principalmente-, que aportan 25.000 puntos de venta en quioscos.
El formato de vídeo doméstico imperante en estos momentos es el VHS, al que los empresarios le auguran todavía 10 años de existencia. En cuanto a las nuevas tecnologías, se ha- puesto énfasis en la próxima comercialización de pantallas planas de televisión , que podrán ser colgadas como cuadros dentro de tres o cuatro años. Todavía no hay fecha, no obstante, para el llamado vídeo a la carta, con grabaciones sobre soporte digital, que, gracias a la nueva tecnología de compresión de vídeo, permitirán, entre otras cosas, escoger al usuario distintos encuadres de la misma secuencia.
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