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Teloneros con chiste

Los líderes políticos se ven sorprendidos a menudo por los discursos de sus acompañantes locales

Las grandes estrellas tienen siempre pequeños teloneros, así en el cante como en el baile. Y en la política. Son los encargados de romper el frío inicial del público y poner en marcha la máquina de la autocomplacencia mitinera. Para cuando sea presentado el líder, el candidato a la presidencia, el ambiente debe estar bien caldeado. La mayoría cumple con profesionalidad su trabajo, pero a veces se deslizan frases, errores, lapsus, que dejan boquiabiertos a los propios jefes.En los mítines del Partido Popular, José María Aznar brilla como una estrella rutilante y solitaria. Prácticamente ninguno de los oradores que le preceden en el uso de la palabra logra encandilar al público, que sólo reacciona a fondo cuando los teloneros elevan al candidato del PP a la dignidad de futuro presidente del Gobierno. Entre los, secundarios hay de todo. Desde quien invita a votar al líder como si pidiera limosna hasta el que compara al PSOE con su hijo pequeño y acaba insultando al niño. Un truco habitual consiste en estudiar en los periódicos el discurso de Aznar el día anterior y repetir las mismas ideas en su presencia para demostrar que se está en la onda, informa Victorino Ruiz de Azúa.

El más pintoresco hasta el momento ha resultado Juan Morano, el incombustible alcalde de León. En el atestado palacio municipal de deportes de su ciudad, Morano pidió a los presentes: "Miradle (a Aznar). Su cuerpo está cubierto de llagas. Este hombre merece una oportunidad". Antes, el alcalde había definido a su partido como una formación conservadora, palabra que Aznar se guarda mucho de pronunciar. "Porque lo progresista y lo moderno", argumentó Morano, "es ser conservador".

En Albacete, el mitin de los populares tenía aire de revancha deportiva. Se celebraba pocos días después de que Narcís Serra, vicepresidente del Gobierno, diera la alternativa política al magistrado en excedencia Baltasar Garzón ante un público de edad media avanzada. El presentador del acto de Amar provocó verdaderos rugidos de la multitud al proclamar que allí cada uno se había pagado el viaje "y sin bocadillos" gratis.

El orador explotó con habilidad un lapsus que, según dijo, había cometido el vicepresidente del Gobierno. "Aquí no hace falta pedir como Serra 'id y contadlo a vuestros hijos'. ¡Aquí están los jóvenes,!". Estaban, en efecto, muchos de ellos subidos por las ventanas del polideportivo para poder ver algo.

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Sal gruesa

Los intentos de hacer gracia al respetable desembocan en ocasiones en chistes de sal gruesa. En Alcalá de Henares, una señora de aspecto respetable no pestañeó al presentar a Rodrigo Rato, tras su debate en televisión con el ministro Carlos Solchaga, como "el hombre que derrotó al enano de Tafalla".

José Manuel Molina, presidente regional del PP en Castilla-La Mancha, demostró en Toledo ser capaz tanto de denunciar literalmente los negocios de la "bitipul fipol" (beautiful people, gente guapa) como de pedir el voto para el PSOE en pleno nerviosismo o reclamar el retiro de Felipe

González "a su casa de Somosaguas, con Ruiz Mateos de vecino". Quizá una de las cimas argumentales de la campaña de Aznar la haya conseguido Fernando Fernández de Trocóniz, aboga do, ex alcalde de Salamánca y número uno al Congreso por la pro vincia castellano leonesa. El candi dato comparó a los socialistas con su hijo de 11 años. En su esfuerzo por cargar las tintas sobre los adversarios, acabó por con vencer al público de que su descendiente es un muchacho de escasísimas luces.

En Toledo, la número uno al Congreso, Isabel Tocino, madre de seis hijos, se quejó enérgicamente de que las mujeres sean "utilizadas tanto en cuanto al sexo".

Más moderada, la cabeza de lista por Zaragoza, Luisa Fernanda Rudi, además de enseñar las enaguas cada vez que levantaba ambas manos para saludar en una plaza de toros llena hasta la bandera, agradeció a Aznar haber tratado a las mujeres del partido "de igual a igual".

Pero no sólo se trata de caldear el ambiente, una función prescindible en esta ocasión en los actos públicos del PP. Los teloneros, además, deben cronometrar al milímetro sus intervenciones. Se trata de que no hablen ni un minuto más ni uno menos de lo necesario para que Aznar esté ante el micrófono a última hora de la tarde, cuando comienzan los informativos de las cadenas de televisión y las conexiones en directo.

El 15 de junio en Pamplona, los dirigentes de Unión del Pueblo Navarro, formación regionalista asociada con el partido fundado por Manuel Fraga, se saltaron las reglas a la torera. Cuando conectó el Telediario de las nueve, Jesús Aizpún, número uno por Pamplona, se encontraba en plena faena oratoria y sin la menor intención de rematarla.

Los colaboradores del candidato a La Moncloa no pudieron más que expresar Ñu desolación con gestos expresivos. Cronómetro en mano, los servicios de prensa del PP comprobaron desesperados cómo la imagen y el discurso difícilmente inteligible de Aizpún ocupaban más de dos minutos en el Telediario de la primera cadena, espacio del que nunca había gozado Aznar en directo hasta aquel momento.

"¡Corcuera, Corcuera!". Con esos gritos fue acogido el miércoles en el polideportivo burgalés de El Plantío el ministro del Interior y cabeza de lista del PSOE por la provincia donde nació. No resulta habitual que un telonero ofrezca consejos públicos al protagonista del mitin. Pero Corcuera lo hizo con González en Burgos: "Como él no se mete con Aznar porque es especialmente cuidadoso, lo haré yo", informa Luis R. Aizpeolea. Y recordó al líder del PP los casos de corrupción en que se han visto envueltas personas de su partido.

En esa tarea de teloneros de González se empeñan habitualmente los alcaldes de la localidad, allá donde el Ayuntamiento está dirigido por los socialistas, o los cabezas de lista. Pero a veces el recurso se tiene que estirar aún más como sucedió el martes en Cádiz, donde un aguacero impedía el aterrizaje del avión de Felipe González en el aeropuerto de Jerez. El sufrido alcalde gaditano tuvo que salir al estrado, en medio de un chaparrón, para distraer a un público impaciente que llenaba la plaza de la Catedral. Cuando ya estaba empapado, salió al estrado el secretario general andaluz, Carlos Sanjuán, para continuar porque Felipe González aún no había llegado a Jerez. Sanjuán mitineó de pe a pa el programa socialista por bloques hasta que le garantizaron la llegada de González a Jerez.

Un comunista de combate

Sin duda, el telonero más curioso en los mítines de Julio Anguita, el candidato de IU a La Moncloa, actuó el 13 de mayo en Bilbao. Anguita había escogido un frontón de la capital vizcaína para su primer mitin de caravana electoral, informa Javier Rivas. Al escenario subió Manuel Román, un joven franciscanamente delgado y con perilla, presentado como portavoz de la UCE (Unificación Comunista de España). Román dirigió a los casi mil asistentes un "fraternal saludo de combate" y les explicó que su formación había retirado sus propias listas para pedir el apoyo a las candidaturas de IU.

A partir de ahí un discurso de sabor clásico: Los gobernadores civiles del PSOE no aplican la legalidad para desarticular a las "bandas fascistas". "No debemos olvidar que el PP es el partido de la reacción y en su seno tienen cabida los que financian y protegen estas bandas fascistas". El PSOE está haciendo de la democracia "una caricatura". Socialistas y populares, que son los "gestores de los grandes monopolios extranjeros, particularmente alemanes", trabajan para los grandes capitalistas e "imponen la miseria para el pueblo". Tras la arenga, el líder de IU aplaudió protocolariamente.

En Granada, Anguita se vio el pasado jueves en la obligación de rogar a los asistentes a su mitin que no se fueran a casa y escucharan la intervención de Luis Carlos Rejón, presidente de IU-CA, que iba a hablar después de él, informa Carles Pastor. En contra de lo habitual, ese día Anguita no cerró las intervenciones porque debía ausentarse antes para volar a Madrid a participar en un programa de televisión. Entre la dirección local cundió el pánico de que el público, interesado sólo en escuchar a su mayor líder, dejara con la palabra en la boca al telonero que, paradójicamente, iba a hablar a continuación.

El ruego de Anguita surtió efecto y las deserciones fueron mínimas, pese a que Rejón no es el colmo de la elocuencia. Claro que peor orador había sido el candidato a la reelección por esa provincia, Baltasar Garzón (el primo del famoso juez del mismo nombre, ahora candidato socialista), quien abrió el acto y se hizo tal lío con la palabra que se vio en la necesidad de pedir disculpas y volver a empezar, si bien también tuvo su frase brillante: "Nos ofrecen a elegir entre una Coca-cola y una Pepsi-cola, pero nosotros no queremos ni una ni otra, porque preferimos la cerveza".

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