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Artículo 1º: "No me pegues"

Niños de colegios madrileños "votan" en la Asamblea una ley de protección del menor

Juan Carlos Sanz

Tienen 12 años y ya saben lo que no quieren. Aborrecen la guerra, la violencia en la televisión y los malos tratos. Pero aún no pueden quejarse en las urnas. Mientras los adultos dudan aún qué gobernantes van a elegir, 90 alumnos de colegios de EGB votaron ayer una ley de protección del menor. El Parlamento infantil se reunió en la sede de la Asamblea de Madrid, en un acto convocado por la organización no gubernamental Defensa de los Niños Internacional (DNI). Por unanimidad se acordó: "Nos pueden castigar pero no pegamos.

Los menores de edad no deben ir a la cárcel. Los chicos de un país en guerra tienen que ser evacuados. Todo niño tiene derecho a denunciar los malos tratos que recibe. Los alumnos de 6º y 7º de EGB de los colegios públicos Antonio Machado, San Sebastián y Antonio Buero Vallejo, de San Sebastián de los Reyes (54.000 habitantes), llevan dos meses de de bates en clase para preparar el texto legal que ayer votaron sus representantes.Sus profesores y los monitores de DNI les han echado una mano para llevar hasta la sede del Parlamento regional la ley de protección del niño.

Una niña con gafas y coleta ocupaba el escaño desde el que el portavoz del Partido Popular, Alberto Ruiz Gallardón, suele poner nerviosos a los oradores que no son de su partido con comentarios y gestos de desaprobación. Ella siguió el debate en silencio y aplaudió a todos sus compañeros, especialmente la intervención del muchacho risueño que se atascó con la pronunciación de la palabra "orfanato".

El presidente de la Asamblea, Pedro Díez, de Izquierda Unida, le cedió el sillón a Estefanía Matesanz, de la clase de 7º A del Antonio Machado. "Voy a ver cómo lo hacéis, seguro que aprendo mucho; los políticos tomaremos nota", aseguró al saludar a sus invitados. La presidenta Estefanía sólo tuvo que taparse la boca con la mano en tres ocasiones para ocultar la risa. Las interpelaciones y las réplicas que se suelen cruzar Ruiz Gallardón, Isabel Vilallonga (IU) y Joaquín Leguina (PSOE) obligan a Díez a repetir ese gesto mucho más a menudo.

Adopción a prueba

Carmen, de 12 años, también alumna del Antonio Machado, se atrevió a presentar una en mienda in voce al artículo que otorga a los niños adoptados el derecho a elegir la familia con la que van a vivir. "No estoy de acuerdo", expuso desenvuelta, pero con la sonrisa camuflada tras unos alambres correctores, "hace falta poner un plazo de prueba para ver si los niños están a gusto". Su propuesta fue aceptada por aclamación. No sería extraño volver a ver a esta chica en la Cámara dentro de 15 o 20 años."Señora presidenta y demás miembros de esta sala". Con la más exquísta cortesía, parlamentaria, los alumnos de San Sebastián de los Reyes ofrecían un hemiciclo ideal: hombres y mujeres representados al 50% y claridad en los debates.

A los niños les gustaría que la televisión no emitiera tanta publicidad y que en los informativos saliesen más noticias relacionadas con ellos. Se votó sí a los dibujos animados y no a las películas violentas. "Somos pacíficos y nos podemos volver violentos". Otro párrafo de la ley de protección del menor prescribe: "Los niños no pueden estar en las guerras porque tienen edad de jugar y vivir y no de matar y morir".

Margarita Rituerto, defensora del pueblo en funciones, también subió a la tribuna de la Asamblea. Antes tuvo que pedir 9a venia" a la presidenta. "Sólo tengo 10 años", explicó Rituerto, afiliada al PP, "tantos como tiene la institución del Defensor del Pueblo".

Los pequenos diputados de San Sebastián de los Reyes tomaron después el salón de plenos como un patio de recreo. Pero salieron contentos con un ejemplar de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Niños, un bolígrafo y un pin de la Asamblea de Madrid.

"Chicos, tened cuidado con los micrófonos", amonestaba a la Mesa de la Cámara un funcionario. En un anterior debate infantil, celebrado en la Asamblea desaparecieron algunos de los escaños.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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