"Esta campaña es pura basura verbal"
Luis Landero, escritor pacense de 45 años, consiguió con su única novela publicada -Juegos de la edad tardía- el Premio Nacional de Literatura en 1990 y la consideración como la figura más revolucionaria de las letras españolas en la última década. Landero no se gana la vida ni como novelista ni como guitarrista de un tablao flamenco -profesión que ejerció durante algún tiempo-, sino con las clases que imparte en un instituto de enseñanza media de Madrid.Pregunta. ¿Está siguiendo la campaña electoral?
Respuesta. Sí, cada vez con más pena y estupor, pero la sigo.
P. ¿Qué les pediría a los políticos?
R. Volver a la razón y dignificar el lenguaje. Esta campaña es pura basura verbal.
P. Algunos artistas e intelectuales están claramente comprometidos en la campaña.
R. Un artista es un ciudadano particular también, y, por tanto, tiene derecho al silencio; esto ya lo dijo Albert Camus y en circunstancias peores que las de ahora. Yo creo que lo mejor que puede, hacer el artista ante la política de este país es callarse.
P. Pero tendrá una opinión sobre la clase política.
R. En España casi nunca hemos tenido buenos políticos, aunque ha habido notables excepciones. Actualmente sigue ocurriendo lo mismo. También es verdad que en la sociedad española hay mucha desidia en todos los oficios y profesiones, y la clase política no es una excepción.
P. ¿Dónde ve la utopía hoy?
R. En la regeneración moral, algo que el PSOE vendió en 1982. Y otra utopía, que depende de la anterior, es que todos hagamos mejor las cosas.
P. ¿Se siente próximo a algún grupo político?
R. A ninguno. A veces uno no vota a favor de algo, sino en contra de algo. Lo cual es bastante triste, es tremendo. La gente está insatisfecha, piensa que algo debe cambiar, que no podemos seguir de esta manera. Pero hace falta una vía, unas ideas. Para que esto cambie hace falta algo. Yo no sé de dónde puede surgir eso. Además, a lo largo de la historia esas cosas surgen de un modo espontáneo, y luego se desarrollan con cierta lentitud.
P. Usted es profesor de Literatura en un instituto. ¿Cómo solucionaría el fracaso escolar?
R. No se ha sabido masificar y mantener a la vez la dignidad escolar. Por otro lado, está el desprestigio de la cultura, de las viejas humanidades, o la presión del sistema, donde todo se aprende en función del dinero que se va a ganar. Todo esto ha creado una tensión social y un espíritu de competencia contrario a los objetivos educativos, que deben ser placenteros.
P. ¿Se desvanecerá pronto ese culto al dinero que surgió en los ochenta?
R. No veo síntomas de cambio. Ni siquiera el caso de ese ejecutivo, que mata a su familia y luego se suicida ante una crisis. Eso seguirá igual hasta que algo lo cambie, pero no sé qué será. Soy más bien pesimista. Yo no confío demasiado en esa especie que somos nosotros.
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