El peligro norteamericano

Junto al cuarteto italiano, una pareja de estadounidenses veteranos representa el peligro para la repetición victoriosa de Induráin. Más tenue su amenaza que la de los locales, su irregularidad, sin embargo, les convierte en el posible factor sorpresa. Andrew Hampsten, ganador del Giro en 1988, y Greg LeMond, vencedor en tres Tours, afrontan en su treintena, en el declive de su carrera, una prueba en la que han tenido historias diferentes.

Andrew Hampsten. El líder del equipo Motorola es el más claro ejemplo, junto a Erik Breukink y Jean-François Bernard, de esperanza frustrada. En 1988, a los 25 años, ganó el Giro de la revelación. La carrera en la que también surgió Breukink. Desde entonces, simplemente se ha dejado ver en- la montaña del Tour, como hizo el año pasado con su victoria en Alpe d'Huez. Le falta gusto por el entrenamiento.

Greg LeMond. A los 32 años, el gran sentido comercial del mejor norteamericano le ha hecho elegir la senda de arrastrarse en los pelotones para rentabilizar sus inversiones en el ciclismo. El Giro nunca ha sido su carrera. Él, que siempre se ha definido como hombre de una sola carrera, el Tour, ha tomado habitualmente la ronda italiana como terreno de preparación. Este año, sin embargo, las cosas pueden dar un giro. Su contrato en el Gan incluye primas por rendimiento.

Ausencia. Una baja para nostálgicos: Laurent Fignon, que ha anunciado su retirada para finales de temporada, no defenderá la maglia rosa conquistada en 1989.