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Entrevista:ELECCIONES 6 DE JUNIOENTREVISTA

"La derecha provoca el desánimo de los ciudadanos"

La presencia de Rafael Delgado, de 37 años, el más fiel colaborador de Alfonso Guerra, en la lista del PSOE por Málaga, es una de las novedades de la campaña. Delgado, séptimo en la lista, no tiene opciones, pero su presencia aporta un gran simbolismo político.

Secretario de la Vicepresidencia del Gobierno hasta la dimisión de Alfonso Guerra, Rafael Delgado trabaja ahora como su director de gabinete en la vicesecretaría del partido. Es su sombra y su socio. Por eso, cuando se habla con él hay momentos en los que se duda de si es él o Alfonso Guerra quien habla. Fali, como es conocido Rafael Delgado, coincide con el discurso de Guerra de que la corrupción es cosa de "voceros".Pregunta. Después de 17 años de militancia en la sombra, ¿por qué decide ahora aspirar a un escaño en el Congreso?

Respuesta. Llevo desde 1976, cuando me incorporé al PSOE en Málaga, trabajando por el partido. Ahora me han invitado a entrar en la candidatura. He aceptado encantado.

P. Usted es la única novedad en las listas de Málaga, una provincia donde domina el sector guerrista. Eso contrasta con lo sucedido en el último congreso provincial; existe un importante sector del partido que no está representado.

R. Las asambleas han pro puesto unos nombres, votados mayoritariamente. Si hay continuidad es porque los diputados y senadores han trabajado bien por Málaga y, por tanto, no había razones para cambiar.

P. ¿Admite, como dicen las encuestas, que la pérdida de votos del PSOE se debe a errores propios?

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R. En 10 años de gobierno se cometen errores y omisiones, y hay un desgaste lógico. Se han hecho cosas que no les gustan a algunos sectores, pero son minoritarios, porque se ha seguido una política solidaria. Nosotros llegamos al Gobierno en un duro proceso de crisis institucional y económica que se superó con un gran esfuerzo. Al hacerlo en una perspectiva, podían cometerse omisiones en otras. Nos siguen preocupando el empleo y la crisis económica, pero estamos en mejor situación que en 1982 para superarlo.

P. ¿Qué influencia han tenido los presuntos casos de corrupción en la pérdida de apoyo?

R. Al electorado se le ha creado cierta incertidumbre. A través de los medios de comunicación, y de los voceros en general, se han magnificado elementos que tenían que estar en procesos judiciales. Algunos medios han pasado por encima de la libertad de expresión y de la presunción de inocencia, e incluso hay quien se ha atrevido a escribir sentencias que todavía no han hecho los jueces. Hay que esperar a que culminen los procesos judiciales antes de sacar conclusiones. Al ciudadano lo que más le preocupa es su vida cotidiana: la estabilidad en el empleo, disponer de recursos económicos para su familia, la sanidad.

P. ¿Existe distanciamiento entre Felipe González y Alfonso Guerra? ¿Representan dos conceptos diferentes de política dentro del mismo partido?

R. Desde hace muchos años, la derecha de todo tipo y líderes de opinión han intentado crear unas diferencias entre Felipe González y Alfonso Guerra. Y eso es así porque el partido se ha fundamentado en un esquema de trabajo, de homogeneidad de discurso y liderazgo en torno a ellos dos, y creían que creando o provocando esa sensación podían desestabilizar el partido. El partido homogéneo y cohesionado da seguridad a los españoles. Evidentemente que en un momento determinado pueden pensar distinto. Todos los militantes tienen sus criterios sobre programas y actuaciones, pero lo importante en este partido es que al final hay un complemento entre todos.

P. Pero da la impresión de que eso también ha ocurrido dentro del partido.

R. No, no, han sido elementos de derecha los que desde fuera han intentado provocarla dentro. A los demás partidos no les gusta que exista el complemento entre González y Guerra, porque es garantía de cohesión. Y mientras sea así, vamos a ser hegemónicos en la sociedad española.

P. Ustedes insisten en comparar su programa con el de 1982; parece como si obviaran su actuación en los últimos años o no reconocieran los programas de 1986 y 1989.

R. Es cierto que en los últimos años hay una sensación en la ciudadanía de desánimo o inseguridad, provocada fundamentalmente por la derecha, que alimenta Su discurso en esa inestabilidad. Vimos conveniente hacer un programa no sólo ilusionante, como el de 1982, sino de compromisos. En el programa hay más de 400 ofertas muy concretas que llegan a aspectos muy cotidianos para contrarrestar esa sensación de inseguridad provocada por la derecha.

P. ¿Es razonable presentar al PP como representante de la derecha antidemocrática?

R. No hay más que oír su discurso, con un contenido que recuerda algo del pasado. También en la imagen, como el color azul de los carteles. Como decía, la derecha ha intentado una operación de hacer ver que todo va muy mal, porque de ahí extrae su discurso. Nosotros tenemos una responsabilidad institucional ' y como partido tenemos que ser realistas. Existe preocupación y tenemos que dar soluciones concretas. Pero sin catastrofismos ni dramatismos, que es el discurso que ellos alimentan.

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