El líder de IG Metall, al borde de la dimisión por usar información privilegiada
El futuro de uno de los sindicalistas con mayor poder en Europa, el presidente de la IG Metall, Franz Steinkühler, pendía ayer de un hilo al ser incapaz de probar que no utilizó información privilegiada en la operación bursátil de la que sacó un beneficio de 100.000 marcos (cerca de ocho millones de pesetas). Las llamadas pidiendo su dimisión llegan de todas partes, pero son especialmente duras entre los más de cuatro millones de miembros del sindicato del metal alemán, al que acaba de llevar a una victoriosa huelga.
Steinkühler ha reconocido después de que fuera publicado por la revista Stern, que invirtió cerca de un millón de marcos durante los pasados meses de marzo y abril en la compra de acciones de Mercedes AG Holding (MAH). El día 2 de abril se decidió, aunque no se hizo pública hasta el día siguiente, la fusión de este grupo con Daimler Benz AG, lo que supuso un alza espectacular de las acciones de MAH, que subieron casi un 20% en un día.El líder sindical forma parte del Consejo de Administración de Daimler Benz y asistió, precisamente el día 2, a una reunión de este organismo. La operación le supuso a Steinkühler unos beneficios de 100.000 marcos, cantidad que depositó en un banco a nombre de su hijo Dominik, de 11 años, supuestamente para borrar pistas. El lunes por la tarde el líder sindical negó rotundamente que hubiera sido informado de la fusión e indicó que el presidente de DaimIer Benz, Edzar Reuter, había informado al semanario Stern que él no era uno de los ocho directivos presentes en reunión en que se decidió la fusión. Pero añadió: "No puedo probar lo que no sabía en aquel momento".
A los clientes con altos ingresos, los bancos les suelen financiar hasta un 70% de las compras de acciones. Steinkühler sólo debió desembolsar para esta operación cerca de 300.000 marcos. En el momento de la operación, precisamente, los operadores del mercado desaconsejaban la compra de acciones de MAH ya que Mercedes acababa de reducir su plantilla en 10.000 trabajadores.
El problema es que en Alemania, al contrario que en la mayoría de los países occidentales, no es un delito aprovecharse de información privilegiada. El presidente de los liberales (FDP), el conde Otto Lambsdorff, pidió. ayer la dimisión de Steinkühler, añadiendo que podía considerarse afortunado, "pues en otro lugar hubiera acabado en la cárcel". El democristiano (CDU) Heiner Geissler, un hombre muy cercano al movimiento sindical, le pidió que abandonara el cargo.
Pero donde la irritación es mayor es entre los trabajadores del metal y los miembros de la IG Metall, algunos de los cuales siguen formando piquetes en la ex RDA contra el acuerdo obtenido por este sindicato en la huelga. La prensa de ayer estaba llena de detalles sobre la vida de este poderoso sindicalista, miembro del SPD desde 1951 y presidente del mayor sindicato de Europa desde 1986.
Según el sensacionalista Bild, Steinkühler, a quien en la central de la IG Metall lo llaman kaiser Franz, "usa trajes caros, corbatas de Armani, a escondidas fuma puros, y más a escondidas aún lee las informaciones de Bolsa". Tiene una casa de cerca de un millón de marcos en Oberursel y forma parte de los consejos de administración de Daimler Benz, Mannesmann, Volkswagen y Thyssen. Ayer afirmó que no volvería a negociar con acciones de estas empresas, lo que abre una pregunta: ¿Cuántas veces lo ha hecho?.
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