Zülle, preparado para una acción milagrosa

El líder, Tony Rominger (Clas) y el segundo, Alex Zülle (ONCE), se jugarán hoy la Vuelta en la última etapa, una contrarreloj de 44,6 kilómetros. El trayecto perdió parte de su transcendencia el viernes, cuando un ataque de Rominger rompió gran parte de las ilusiones de Zülle. El joven suizo, sin embargo, no se da por vencido, y se concentra para una acción milagrosa. La etapa de ayer fue la más larga y la más lenta. Ganó al sprint el uzbeko Yamolidín Abduyapárov (Lampre). Fue su tercera victoria en esta Vuelta, pero la más densa, pues necesitó estar más de siete horas y cuarto encima de la bicicleta.

Alex Zülle se prepara para una misión casi imposible. Restarle 78 segundos en poco menos de 45 kilómetros de contrarreloj individual a uno de los mejores especialistas. Aunque el joven suizo también lo es. Para convertirse en el segundo LeMond, en el hombre que arrebate a otro una victoria que éste creía segura, como hizo el norteamericano con Fignon en el Tour de 1989, cuenta, además, con el arma ideal: Manolo Sáiz, su director.El técnico del ONCE es un amante del ejercicio solitario y le gusta prepararlos como a nadie. Ahí le sale su fibra de entrenador. El corredor sólo tiene que mover las piernas y obedecer. Sáiz ya tiene estudiado el recorrido de hoy, entre Padrón y Santiago de Compostela. "Es muy duro", explica. "Completamente distinto al circuito de Zaragoza. Allí había poco espacio para recuperar, era de vaciarse. Éste tiene terreno donde el corredor puede levantar el pie y respirar sin perder mucho tiempo, para luego vaciarse en la zona en la que sí que puedes sacar tiempo. Esa será la. clave".

Sáiz sólo habla, de ganar la etapa, un objetivo alcanzable: De lo que no afirma nada es de si su pupilo puede arañar 77 segundos en esos 45 kilómetros -"el típico recorrido que no se mide en metros sino en tiempo. Tanta curva y subida pueden hacer que se tarde casi 90 minutos", exagera José Miguel Echávarri, director del Banesto- En lo que va de Vuelta, Zülle aventaja a Rominger en el ejercicio individual. 50 segundos le sacaría si la ronda se hubiera resumido en esas tres etapas -La Coruña, Navacerrada y Zaragoza- con un total de 77,2 kilómetros.

A la medida

Esos datos; no asustan al director del Clas, Juan Fernández. "Cada prueba es diferente", cuenta. "Zülle no se muestra tan fuerte en las contrarreloj largas. Y la de Santiago parece hecha a la medida de Rominger. Es para ir de menos a más, no vaciarse de principio. Como hizo Tony en Zaragoza. Allí le sacó 15 segundos a Zülle y eso que los últimos kilómetros los tuvo que hacer con el desarrollo más fuerte al averiársele el cambio". Fernández está feliz. Tiene la Vuelta mejor de lo que pretendía. Aunque Zülle quiere ponérselo difícil.

Porque el joven suizo también tiene disculpa para el tiempo perdido en la capital aragonesa. "Se salió en una curva y perdió la distancia en las siguientes. Entonces, no pudo arañar segundos y no pudo permitirse momentos de recuperación. Tuvo que ir a tope en todo el recorrido. Y lo pagó", explica Sáiz, quien intenta recuperar la calma y concentrarse en su trabajo. La noche del viernes sólo pensaba en los insultos que había recibido su líder del público asturiano, lo que le llevó a afirmar: "Ojalá la Vuelta no vuelva a Asturias".