Juan Francisco Isidro, pintor

Con el trágico desenlace con que el pasado sábado concluía la vida del joven artista sevillano Juan Francisco Isidro (Lora del Río, 1961), en el año en que le tocaba cumplir los 33 años de edad, desaparece una de las figuras más interesantes y prometedoras de la nueva generación artística de nuestro país. Isidro había realizado estudios de Arquitectura y comenzé a exponer en colectivas hacia mediados de la pasada década de los -ochenta, aunque comenzó a alcanzar una cierta notoriedad fuera del ámbito local cuando, en 1988, expuso en la galería Soledad Lorenzo de Madrid, y, sobre todo, cuando obtuvo el prestigioso Premio l'0réal dos años después, en 1990, produciéndose desgraciadamente estos eventos simultáneamente al desarrollo de la fatal enfermedad que acaba de terminar con su vida.La importancia que potencialmente debía atribuírsele a la obra de Juan Francisco Isidro, a pesar de su corto periplo creador, se cifraba en que en ella podíamos apreciar dos características muy positivas en un artista joven: por un lado, la ausencia de oporturtismo, o, lo que es lo mismo, su independencia o des pego respecto a las modas establecidas -fue uno de los pocos artistas de nuestro país que plantearon un trabajo de naturaleza conceptual y fría antes de que ello se convirtiera en un santo y seña-; mientras que, por otro, todo lo que llegó a hacer era de una coherencia y rigor bastante sorprendentes en un artista de corta edad. Básicamente, Isidro servía del icono fotográfico senado y luego signado con un gesto pictórico que actuaba como elemento distanciador, como un corta circuito reflexivo, pero no daba la impresión de aplicar una fórmula, sino que demostraba poseer una aguda sensibilidad, un mundo propio refinado, precisamente la raíz germinativa donde ha de florecer una obra con sustancia.-