Sube bajan o repiten
El chalaneo y la confrontación política han marcado la elaboración de las listas electorales
CORRESPONSALES, ¿Cómo se hace una lista electoral? No hay reglas fijas ni fórmulas magistrales. Los candidatos llegan a las papeletas de mil maneras: votados por las bases, impuestos desde arriba o rebotados de otras provincias. La única norma clara es la del chalaneo y la confrontación política que proporcionan a cada candidato su propia cotización para subir, bajar o repetir en la lista hasta alcanzar los lugares que dan opción al escaño o quedarse en la cola corno figurantes.
Las candidaturas de los principales partidos para el 6 de junio han estado marcadas por el continuismo, pero no han faltado provincias donde los candidatos han usado artillería pesada para desplazar a sus oponentes. Éstas son algunas de las batallas.
Desde 1977, la lista del PSOE por Sevilla está encabezada por Alfonso Guerra, vicesecretario general socialista. Nadie entraba en ella sin su permiso y nadie cuestionaba a los candidatos propuestos por la ejecutiva. Pero en esta ocasión las bases del partido se negaron a apoyar una candidatura oficialista que excluía al ex secretario de Estado Luis Yáñez. Borbollistas, críticos, renovadores y ex guerristas hicieron un frente común en favor de Yáñez, que al final entró, pero bajando un puesto.
En Madrid, la guerra ente renovadores y guerristas en la Federación Socialista Madrileña (FSM) se ha saldado con una depuración de los últimos. Aunque parecía que Felipe González quería presentarse en la capital con los mismos mimbres del 1989, el presidente sorprendió a todos con la inclusión del juez Baltasar Garzón, lo que rompió los esquemas del sector guerrista. La gente del número dos del PSOE ha bajado números y sólo el presidente de la FSM, José Acosta, en el siete, tiene posibilidad de escaño.
El largo brazo de Madrid
Los tiras y aflojas entre candidatos y el largo brazo de Madrid dificultaron también la formación de la lista por Pontevedra. El número uno, Abel Caballero, secretarlo de política institucional, con vinculaciones guerristas, no fue cuestionada, pero los tres puestos siguientes cambiaron varias veces. En el número dos, Emilio Pérez Touriño, secretario para las Infraestructuras del Transporte Terrestre, cedió plaza a Constantino Méndez, responsable de la Seguridad Social, y el tercer puesto lo ocupó in extremis Enrique Curiel.
En Zaragoza sonaron para encabezar la candidatura los nombres de los cuneros José Luis Corcuera y Fernando Morán, e incluso Luis Roldán, ex concejal del Ayuntamiento de la capital. Al final se impusieron las tesis de la mayoría del partido en Aragón, dirigido por José Marco, y la lista la encabeza Carlos Piquer, alcalde de Sástago (Zaragoza) y secretario regional de organización. Corcuera cayó finalmente en Burgos -su provincia natal-, lanzado desde Madrid tras las reiteradas llamadas de los socialistas locales.
Guipúzcoa es la circunscripción donde al PSOE le ha costado más hallar un candidato con gancho para el segundo puesto de la lista al Congreso. El Partido Socialista de Euskadi-Euskadiko Ezquerra intento hasta el final que Juan María Bandrés fuese en segundo lugar, pero se negó en redondo. El ex ministro Enrique Mújica encabeza la candidatura y el antiguo dirigente de Euskadiko Ezquerra Mario Onaindia, la del Senado. En Cataluña, Eduardo Martín Toval, portavoz socialista en el Congreso, pasó del segundo al cuarto lugar no sólo porque delante hay dos ministros y un vicepresidente sino por la escasa sintonía con el PSC. En CiU, no repite Josep María Trias de Bes, cuya permanencia se había puesto muy difícil tras su beligerancia en la crisis del partido contra el sector pujolista. Josep Maria Cullell ha accedido a una consejería tras perder el segundo puesto. Guipúzcoa ha costado también dolores de cabeza al PP. Los conservadores tuvieron que buscar urgentemente un número dos al renunciar el elegido, Eugenio Damboriena, quien dio positivo en un control de alcoholemia. En la formación popular, la mano de su presidente, José María Aznar, ha llegado a un gran número de provincias. En Madrid, "los 16 primeros los ha elegido directamente él entre su gente", explica un alto cargo del PP. Aznar ha renovado el equipo con aportaciones jóvenes rodadas en cargos del partido o en gobierno autonómicos (Juan Carlos Vera o Ana Mato, del clan de Valladolid). Y en Ávila, la lista la encabeza Feliciano Blázquez, presidente provincial del PP y padre político de Aznar, que llegó al Parlamento por esta circunscripción. Otro hombre impuesto desde Madrid es Javier Rupérez, cabeza de lista por Ciudad Real, provincia con la que no guarda relación (llamó "ciudarrealinos" a los ciudadrealeños en su primer discurso). Sectores del PP ven el desembarco de Rupérez y el de Isabel Tocino en Toledo como un "intento democristiano para desbancar al líder regional popular, José Manuel Molina".
Su condición de cunera le dio problemas a Loyola de Palacio con algunos de sus compañeros de Segovia. Con fama de mujer trabajadora y con acusaciones veladas de la oposición que la vinculan al Opus Dei, De Palacio, portavoz adjunta en el Congreso y heredera de Alianza Popular, no mantiene relaciones personales fluidas con el número dos, Javier Gómez Darmendrail.
Peor lo ha tenido el PP en Málaga, donde el partido lo rige una gestora desde hace dos años. Los problemas surgieron cuando se intentó colocar de dos al diputado autonómico Manuel Atencia, opción que no satisfizo a los aznaristas de Málaga. Las dificultades para encontrar un recambio permitieron a Francisco Souviron ir tras Celia Villalobos.
La rivalidad entre el presidente del PP de León, Miguel Pérez Villar, y el alcalde, Juan Morano, también marcó las listas en esta provincia. Populares y socialistas consideran que Pérez Villar ha impuesto sus hombres a Aznar, quien hubiera preferido como cabeza de lista a Morano, en vez de un segundo puesto tras el ex ministro de UCD, Manuel Núñez, con nulo carisma popular.
Supernumerario
Francisco Gilet, un antiabortista supernumerario del Opus Dei, encabeza la lista del PP al Congreso por Baleares. Los socialistas pretendieron involucrarlo, sin éxito, en el intento de soborno de Calviá. Abel Matutes, comisario ante la CE, figura en un puesto simbólico, junto a Jaume Font, condenado por manipulación de votos por correo.
El proceso de elaboración de las listas del PP ha sido limpio en Valladolid. La del Congreso la lidera Santiago López Valdivielso, aspirante a ministro de Defensa y que sus correligionarios ligan al mundo empresarial puro y duro. Tras este ministrable figura otro: Miguel Ángel Cortés, a quien se relacionó con implicados en el caso Naseiro.
Los populares han logrado en Guadalajara refundir el legado de UCD y el de AP. Luis de Grandes, ex militante del PDP, opta al Congreso como número dos. Repite Enrique Fernández Miranda, hijo de Torcuato, presidente de las Cortes en la transición. Fernández Miranda ha escalado al número uno favorecido por el sistema de incompatibilidades, que ha desplazado al Senado a Francisco Tomey.
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