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Entrevista:ELECCIONES 6 DE JUNIOENTREVISTA

"Antes no era Dios, ahora no soy el Diablo"

"Mi ideología es progresista y cercana a un sector de Izquierda Unida, pero encuentra mejor acomodo en el proyecto de renovación de Felipe González y el PSOE"

Baltasar GarzónEl fichaje de Felipe González para que integrase las listas del PSOE supuso el golpe de efecto más espectacular de la precampaña electoral. El ex juez afirma ahora que si llega al Gobierno será fiel a sus principios de siempre

JOSÉ YOLDI, Se le nota mucho. No es un político. Baltasar Garzón, de 37 años, el juez más famoso de España, no ha digerido todavía el paso a la política. Su trabajo como magistrado, que fue elogiado unánimemente, ha sido denostado en las últimas semanas por los sectores que más le apoyaban. La única diferencia entre entonces y ahora es que se ha presentado a las elecciones en las listas del PSOE. Garzón está sorprendido por tantas críticas, y aún le faltan tablas para enfrentarse a ellas y para comparecer ante los periodistas. Todas las preguntas de esta entrevista le parecieron duras. Al acabar la conversación, confesó que fue uno de los peores ratos que ha pasado en su vida.

Pregunta. ¿Cómo es posible que se ha, a integrado en las listas, del PSOE el juez que investigó los GAL y sospechó de su financiación con fondos reservados del Ministerio del Interior, y que ha desarticulado la red de traficantes amparada por altos mandos de la Guardia Civil?

Respuesta. No veo ninguna contradicción ni incompatibilidad, sino al contrario, he visto muchas cosas negativas y creo que el acercamiento a la actividad parlamentaria puede ayudar a modificarlas.

P. Usted sabe que tiene vitola de héroe, precisamente por hacer lo que a otros les habría gustado, pero no se han atrevido. Su paso a la política ha marcado una decepción que alguien ha comparado a cuando uno se entera de que los Reyes Magos, son los padres. ¿Qué les diría a estas personas?

R. Que es el riesgo que se corre cuando se fabrica un héroe de una persona que sólo ha intentado cumplir con su trabajo lo mejor posible, y que cuando decide otra opción, como es pasar a la política, se convierte en el Diablo. Y ni antes era Dios, ni ahora el Diablo. De todas formas, creo que la decepción es más entre determinados medios de comunicación que en sectores de la sociedad.

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P. ¿Se ha sentido amenazado? ¿Ha pesado eso decisivamente en el paso que ha dado?

R. Mentiría si dijera que no me he sentido amenazado, como todos los compañeros de la Audiencia Nacional, pero ello no me habría impedido continuar en el juzgado, ni ha influido en mi decisión de pasar a la política.

P. Su amigo el juez de Palermo (Italia) Giovanni Falcone también fue muy criticado cuando abandonó la magistratura por un puesto en la Administración judicial, y elogiado de nuevo tras su asesinato. ¿Cree que la sociedad española puede entender el paso que ha dado sin tener que llegar a que lo maten?

R. Espero vivir muchos años. Cualquier persona que se dedica a una actividad pública con entereza, dedicación e independencia, como Falcone, corre el riesgo de ser criticado. Yo estoy convencido de que él era el mismo antes, durante y después de estar en la judicatura.

P. ¿Su decisión ha sido improvisada o llevaba meditándola mucho tiempo?

R. La decisión se gestó a finales de abril y me costó mucho adoptarla, ya que es una de las más trascendentales de mi vida. Hasta el momento de la conversación con Felipe González, el 27 de abril de 1993, no había nada decidido.

P. ¿Qué le ha ofrecido González?

Rn Acompañarle en las listas con el número dos por Madrid. Me ha pedido mi colaboración como técnico en el programa de progreso que el partido socialista presenta en estas elecciones en materia de Interior y Justicia. Lo más importante que me transmitió fue su reconocimiento a mi labor profesional.

P. ¿Quién ha influido más sobre usted a la hora de decidir?

R. Quizá haya sido yo mismo, no le podría decir una persona en concreto. Ha sido una decisión propia, aunque compartida con un círculo muy íntimo de personas, y por supuesto con el apoyo de mi mujer.

P. Los medios de comunicación, el presidente González y el ministro José Luis Corcuera han sugerido que si el PSOE gana las elecciones usted será llamado a altas responsabilidades de gobierno en las áreas de Interior o Justicia. ¿Se ha pensado en un superministerio que abarque ambas carteras? ¿O en un coordinador de seguridad?

R. Yo no he oído semejante cosa, ni me gustaría que, ahora nadie lo dijera. Si en su momento Felipe González decidiera ofrecerme algo, en primer lugar se lo agradecería por lo que tiene de asunción de las ideas que defiendo. A partir de ahí hablaría con él para saber dónde puedo ser más útil.

P.¿Tiene usted un proyecto para esas tareas?

R. En materia de Interior y de Justicia, es evidente que ese proyecto existe, porque llevo más de cinco años trabajando en cuestiones de delincuencia organizada y terrorismo. Tengo bastantes ideas que aportar.

P. ¿En qué consisten esas líneas de actuación y las prioridades?

R. Las prioridades son la lucha contra la delincuencia organizada, el terrorismo y el tráfico de drogas, potenciando la lucha contra el blanqueo de capitales. Por ello creo que es necesaria la creación de una serie de organismos de policía especializada en estos campos, con una dirección uniforme. Hay que abundar en la coordinación internacional. El proyecto Europol es una realidad, y en esa línea es imprescindible la cooperación de las entidades financieras para combatir el blanqueo de capitales, por lo que habrá que retomar el proyecto de ley que se refería a la cooperación bancaria y de otras instituciones financieras.

P. ¿Y en Justicia?

R. En el área de Justicia hay que adoptar una serie de medidas urgentes que supongan una agilización de la Administración de justicia, una dotación de los medios humanos y materiales que sean necesarios para el nuevo proyecto que se afronta. Es necesario también retomar la discusión y posterior aprobación del Código Penal, desarrollar la Ley del Jurado... En el proyecto socialista, esta legislatura va a suponer un cambio revolucionario en esta área, y yo estoy convencido de que ésta va a ser la auténtica legislatura de la Justicia.

P. Usted se ha pronunciado sobre una serie de temas en contra de la política del PSOE y del Gobierno. Por ejemplo, la Ley de Seguridad Ciudadana, conocida como ley Corcuera. ¿Qué haría si llegase al Gobierno?

R. Si llego al Gobierno seré fiel a mis principios, como siempre he intentado serlo, pero la verdad es que no es el momento de jugar a ser ministro. En cualquier lugar que ocupe mantendré los mismos postulados que hasta ahora. Varios de los aspectos recogidos en la ley, como son la retención y la entrada sin mandamiento judicial, no son instrumentos adecuados ni necesarios para la lucha contra el tráfico de drogas. Pero a partir de ahí, a la vista del programa que el PSOE presenta en estas elecciones, hay que llegar a un punto de confluencia de las dos posturas antagónicas que, sin lugar a dudas, haga innecesario el planteamiento de esta cuestión. Si las medidas propuestas se llevan a cabo, la Ley de Seguridad Ciudadana en estos puntos será absolutamente innecesaria.

P. Usted ha afirmado que negociar con ETA puede ser delictivo. ¿Sigue pareciéndole lo mismo?

R. Cualquier negociación con una organización criminal no es admisible en un Estado de derecho; si además implicase una discusión sobre cesión de soberanía, sería contraria a la Constitución. Tampoco es moralmente aceptable cuando hay miles de víctimas de este fenómeno. Pero, dicho esto, si ETA Militar abandona las armas, con renuncia expresa a la lucha armada, es aceptable cualquier solución dentro de la legalidad que implique o favorezca la reinserción y la solución definitiva al fenómeno terrorista.

P. ¿Es partidario del cumplimiento íntegro de las penas por parte de narcotraficantes y terroristas?

R. Cualquier solución contraria a la Constitución no es admisible, por lo que en este tema habrá que ser muy cautos y valorar si ese cumplimiento supone infracción de derechos constitucionales de los narcotraficantes o terroristas. Como medida de eficacia contra esta suerte de delincuencia puede ser interesante.

P. En el caso de que fuera ministro de Justicia, ¿firmaría el indulto del ex policía José Amedo?

R. Reitero que no es el momento de jugar a ser ministro. Es una cuestión sobre la que no puedo ni debo pronunciarme. No puedo porque yo he sido juez instructor de varios procesos contra Amedo, y no debo porque no es una hipótesis probable que yo deba adoptar esa decisión.

P.¿ Pero firmaría?

R. Insisto en que no debo pronunciarme al respecto, lo cual no quiere decir que mi respuesta fuera sí.

P. ¿Considera a los GAL como una organización terrorista?

R. Sí, por supuesto. Era un grupo terrorista que atentó gravemente contra el Estado de derecho. El fin nunca puede justificar los métodos y medios empleados.

P. Por cierto, una conversación reciente con Michel Domínguez, condenado junto con Amedo, ha originado dudas, tanto sobre la forma en que se produjo como en cuanto a su contenido. ¿Qué ocurrió?

R. Esa cuestión corresponde a mi actividad profesional como juez, y cualquier manipulación que se trate de hacer de una diligencia judicial en contra de una opción legítimamente adoptada para comparecer a las elecciones del 6 de junio es rechazable de plano.

P. ¿Usted cree que se trató de una manipulación?

R. En mi opinión se trata de una manipulación, y además entiendo que es una maniobra para desprestigiarme por haber decidido. entrar en las listas de una formación política determinada como independiente.

P. Ahora que es candidato, ¿qué va a hacer para combatir la corrupción?

R. Todo lo posible, porque la corrupción política es el peor mal que puede afectar a cualquier sistema, y por supuesto al democrático. Por tanto, hay que tomar postura contra ella y combatirla hasta sus últimas consecuencias, porque es lo único que puede regenerar el sisterna político.

P. ¿Qué sabe usted del PSOE?

R. Creo que su programa electoral es el mejor instrumento para la regeneración social de este país. Además es el partido que se ha arriesgado a apostar por mí.

P. ¿Cómo cree que se está financiando esta campaña?

R. No lo sé, porque no pertenezco al partido socialista, pero tengo el convencimiento de que con absoluta legalidad y limpieza.

P. ¿Qué puede aportar usted al PSOE?

R. Creo que al PSOE nada, porque no soy miembro del partido, pero creo que sí puedo aportar algo al proyecto diseñado por Felipe González para la nueva legislatura. Esencialmente, regeneración ética, honradez profesional y el convencimiento de que la entrada de independientes puede ser muy beneficiosa para recuperar la confianza en las instituciones políticas por parte de los ciudadanos. Se trata de evitar que se consume el divorcio que ha estado a punto de producirse, y de que no se llegue a situaciones como la de Italia, donde el espectáculo es bochornoso y el ciudadano queda indefenso.

P. Su primo y homónimo Baltasar Garzón (candidato de IU por Granada) y algunos de sus conocidos opinan que sus ideas están más próximas a Izquierda Unida que al PSOE, e incluso Nicolás Sartorius ha dicho que le habría gustado que usted fuese en las listas de IU. ¿Qué le parece?

R. No voy a valorar las opiniones de líderes políticos. En cuanto a mis vinculaciones familiares, constituyen para mí una zona reservada. Mi ideología es progresista y cercana a un sector de Izquierda Unida, pero encuentra mejor acomodo en el proyecto de renovación de Felipe González y el partido socialista. Tengo buena relación con Sartorius, y a mí también me habría gustado que él fuera conmigo como candidato en este proyecto político.

P. ¿Qué respaldo real cree tener?

R. Es un tema desconocido para mí. Cuando Felipe González ha apostado por personas independientes como es mi caso, se da por hecho que puedo producir cierto tirón electoral, pero es algo que no me preocupa, porque lo que yo intento al incorporarme es dar a la sociedad el empuje que necesita para recuperar la confianza. Eso es para mi suficiente.

P. ¿No le han informado sobre si el PSOE ha subido o bajado en las encuestas tras su incorporación como candidato por Madrid?

R. Lo desconozco, pero me gustaría que mi decisión animase a la participación de los ciudadanos. El mensaje es claro: es necesario que la vida política española se abra al impulso que puedan dar personas ajenas a ella.

P. Le han acusado de espectacularidad en las operaciones realizadas como juez y después dejar colgados casos como los de la Guardia Civil, Al Kassar o la Operación Pitón.

R. Sin entrar en detalle sobre aspectos concretos de mi actividad profesional al frente del Juzgado Central de Instrucción número 5, puedo decirle que creo haber cumplido con honradez y dedicación todas las funciones de mi cargo, y me he mantenido fiel al compromiso que asumí cuando entré en la Audiencia Nacional. No es cierto que haya dejado casos colgados. En todo juzgado hay una serie de procedimientos con un periodo de tramitación. Y cuando el titular del juzgado cambia de destino o se marcha, el que le sustituye retorna la actividad del juzgado. Ése es el curso normal, y, de no ser así, nadie podría abandonar su destino profesional, porque siempre quedan proyectos por hacer.

P. ¿Se puede ser más eficaz desde la política que desde la judicatura?

R. Son campos completamente distintos, pero no necesariamente contradictorios. Evidentemente, si la actividad de un profesional del derecho se desarrolla en el campo político dentro de las áreas que le son propias, como pueden ser Interior o Justicia, hay multitud de proyectos que pueden abordarse para establecer las bases y los mecanismos necesarios con los que la justicia pueda funcionar mejor y con un servicio mas eficaz al ciudadano. Por tanto, son funciones que se complementan. Creo que en este momento puedo ser más útil y por eso cambio.

P. En el caso de que el PSOE pierda las elecciones, ¿qué piensa hacer, seguir de diputado toda la legislatura?

R. Cuando el presidente del Gobierno me ofreció acompañarle en esta legislatura en la candidatura por Madrid, no me ofreció ningún cargo, y de haberlo hecho lo hubiera rechazado. Creo que Felipe González tiene la clara intención de apostar por la apertura no sólo del partido, sino de la vida política española y, por tanto, creo que puedo tener una labor importante, o al menos una labor, sea en la vida parlamentaria o sea en cualquier otra faceta. En este momento a lo único que aspiro es a formar parte del próximo Parlamento.

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