Oficial y caballero, pero en los negocios

Ignacio de Loyola, si viviera, no daría crédito a lo que están haciendo sus discípulos en Nicaragua. Siglos después de que el santo soldado español dejara la espada por la sotana, la Compañía de Jesús, que cuenta con tres universidades en Centroamérica, acaba de abrir las puertas de su centro en Managua a los militares. Pero no para reconvertirlos en oficiales de la fe, sino para hacerlos empresarios.Desde hace una semana, 31 oficiales del Ejército Popular Sandinista, aquellos guerrilleros que acabaron con la dictadura de Anastasio Somoza en Nicaragua y que hoy visten pulcros uniformes confeccionados en Taiwan, son ya alumnos de la Universidad Centroamericana (UCA) de Managua en una carrera que por sorprendente no deja de levantar pasmo: la licenciatura en Administración de Empresas, lo que en España se conoce por Empresariales.

Lo primero que cualquiera se preguntaría es qué hacen unos militares estudiando para empresarios. Pero la curiosidad es larga y el interrogante va más allá: ¿qué hacen también los jesuitas enseñando a unos militares no sólo las reglas del libre comercio, sino en dónde invertir mejor para ganar más? En Nicaragua todo tiene su lógica y también su respuesta, aunque sea desde el surrealismo en el que gran parte del tiempo descansa. De momento, la idea ha partido de un español, el rector Xabier Gorostiaga, que cuenta para su proyecto no sólo con el apoyo del Ejército sandinista y su comandante en jefe, el general Humberto Ortega, sino también del Gobierno de Violeta Barrios de Chamorro, el Instituto Interamericano de Derechos Humanos y algunas embajadas occidentales.

Ortega se destapó reciente mente anunciando que el Ejército, como una empresa más del país, va a pelear en el libre mercado nicaragüense nacido en el possandinismo. Quejoso de que el presupuesto nacional sólo le da para subsistir, Ortega se ha propuesto obtener con el negocio especulativo recursos complementarios que le permitan mejorar los salarios de sus hombres y asegurarles un buen fondo de pensiones. Para todo ello necesita empresarios.

La Compañía de Jesús le ha resuelto la papeleta: los empresarios saldrán del propio Ejército, pero antes hay que formarlos. Por eso, durante tres años 31 oficiales acudirán todos los sábados, en régimen de tutorías, a clase, para después incorporarse como licenciados a este nuevo y distinto menester, tan lejano de sus orígenes revolucionarios.

En Nicaragua, la derecha ha levantado un gran revuelo con esta historia y a los jesuitas les acusan ya de fomentar la belicosidad del feneciente sandinismo, convirtiendo para ello su universidad en una academia militar a la cubana. Gorostiaga, muy tranquilo, les ha replicado: "Por lo menos les vamos a enseñar a pensar y a preguntar, que ya es suficiente".