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La policía busca a un estudiante que desapareció hace 13 días

La policía no tiene ninguna pista sobre el paradero del estudiante Miguel Ángel Martín Jiménez, de 24 años, desaparecido el pasado día 10, pero hay indicios de que detrás del caso "hay algo gordo", según declaró ayer el padre del joven, Abilio Martín. Su coche fue hallado el pasado 13 cerca de Alcobendas, con las matrículas cambiadas y con una cazadora ensangrentada. La familia ha pegado miles de carteles pidiendo la colaboración ciudadana.

Abilio y Carmen hablaron por última vez con su hijo el Sábado Santo. Ellos se encontraban en Navalonguilla (Ávila). El joven, que estudia cuarto curso de decoración, decidió quedarse en Madrid para acabar el proyecto de un pub de San Sebastián. Lo único que se sabe con certeza es que Miguel Ángel sacó esa noche a la calle los cubos con la basura de la finca número 138 de la calle de Santa Engracia, donde su padre trabaja como portero.Al regresar de Navalonguilla, la familia decidió presentar una denuncia en la comisaría de Chamberí. "Me resultó sospechosa su ausencia desde el primer momento, ya que mi hijo no sale nunca de casa después de las nueve de la noche", recordaba ayer Carmen. La familia descarta de plano que se haya fugado , puesto que no tenía problemas con sus padres y su único hermano. Y, además, sólo se llevó la ropa que vestía: una camisa de cuadros blancos y negros, una cazadora coreana verde, un tejano azul y botas de media caña.

Otra sangre en el coche

A las seis de la madrugada del martes día 13, la Guardia Civil localizó cerca de Alcobendas el Volkswagen GTI, matrícula M-2701-LZ, con las luces de emergencia encendidas. Dentro había una cazadora y una chaqueta ensangrentadas (no, pertenecientes a Miguel Ángel Martín), una corbata y varias casetes de música marroquí, además de un juego de llaves de una puerta blindada (que tampoco es del joven).

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"Miguel Ángel trabaja en la empresa Arcopal, en la calle de Colombia. Por las tardes iba a la Escuela de Nuevas Profesiones de la plaza del Conde de Valle Suchil. Jamás se ha visto envuelto en problemas, por lo que no nos explicamos lo que ha podido sucederle", señalan sus padres.

Hace 10 días, la familia mandó imprimir varios miles de carteles con la foto de Miguel Ángel para pedir la colaboración ciudadana. Los han pegado por Madrid, varias localidades cercanas y las universidades. Pero hasta ahora no han recibido ni una sola llamada de esperanza.

Una de las hipótesis de la policía es que el joven fuera atracado por un grupo de personas que le obligaron a entregarles el coche. Es posible que entre él y los ladrones se produjera un forcejeo. Abilio Martín afirma que su hijo, que mide 1,88, "tiene malas pulgas" y "no deja que nadie toque su coche". Eso podría explicar que se resistiera a las pretensiones de los delincuentes. Pero nadie vio nada.

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