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La deuda de las administraciones con las eléctricas creció un 20% en 1992 y roza los 82.000 millones

Victoria Carvajal

, La deuda de las administraciones públicas, la caída del consumo eléctrico y la sequía han sido los factores que más negativamente han impactado los resultados de. las empresas eléctricas durante 159,02, según explicó, ayer Fernando de Ybarra, presidente de Unesa, la patronal del sector. Con todo, las empresas agrupadas en Unesa consiguieron aumentar sus beneficios un 4,8% en el pasado ejercicio hasta situarse en 218.000 millones de pesetas.

El consumo de energía eléctrica, uno de los principales indicadores del pulso de la actividad económica, aumentó el año pasado un escaso 0,5%, la tasa más baja, que se ha registrado desde la recesión de 1982. 'El acusado descenso de la actividad económica fue la causa fundamental de este comportamiento de la dernanda", señaló ayer Ybarra durante la presentación en Madrid de la memoria de Unesa en 1992.El débil crecimiento del consumo responde fundamentalmente a la caída en la demanda de energía eléctrica de las constructoras y las industrias pesadas -que representan el 54% del consumo total- Estos dos sectores demandaron un 0,1% menos que en 199 1, mientras que el consumo del sector doméstico aumentó un 2,6% y el de los comercios y servicios un 4,3%.

Los primeros tres meses del presente año siguen reflejan de la disminución de la actividad económica en España ya que la demanda eléctrica peninsular ha descendido un 3,8%, según los datos de Unesa.

Además de la caída del consumo, Ybarra destacó el aumento de la deuda que los ayuntamientos y los organismos públicos tienen contraída con las compañías eléctricas, cuyo impacto "ha sido muy negativo". La deuda total contraída fue de 81.946 millones de pesetas, un 20,6% más que en 1991. Los ayuntamientos son los más morosos, con una deuda de 47.980 millones. Los organismos y administraciones públicos (TVE, comunidades autónomas, ministerios, etc... ) deben 33.966 millones.

La sequía afectó también al sector. La producción hidroeléctrica cayó un 27% y registró la cifra más baja desde 1965. Esta caída ha supuesto una reducción de ingresos de 63.000 millones, según Ybarra, y fue compensada por una mayor utilización de las centrales termoeléctricas que consumen combustibles fósiles. También aumentaron las importaciones, de tal forma que España finalizó el año pasado como importadora neta de energía eléctrica por primera vez desde 1984.

Con todo, los resultados de las compañías eléctricas podían haber sido peores si se hubiese contabilizado en su totalidad el impacto de las dos devaluaciones de la peseta (un 11%) en septiembre y noviembre del año pasado. Las devaluaciones provocaron un aumento nominal de la deuda en divisas de unos 120.000 millones de pesetas. El saldo negativo en la cuenta de resultados habría sido de unos 67.000 millones si no se hubieran modificado los criterios contables. El impacto se puede amortizar a lo largo de la vida de cada crédito por lo que el efecto neto en 1992 se ha reducido a 4.000 millones.

A pesar de las circunstancias adversas, las compañías que integran Unesa obtuvieron unos beneficios netos de 218.000 millones de pesetas, según los datos consolidados provisionales. Esta cifra, que representa un incremento del 4,8% sobre el ejercicio anterior, queda muy por debajo del aumento del 21% logrado en 1991. Los ingresos consolidados por la venta ¿le electricidad fueron 1,73 billones de pesetas, un 4,3% más que en 1991.

Las perspectivas de mejora para este año son escasas. Ybarra anticipó que el ejercicio se presenta "muy difícil" e instó a las empresas a hacer un "esfuerzo tremendo de gestión y austeridad".

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