El viejo Madrid
La memoria madrileña se esconde aún en las calles de la vieja ciudad. Las céntricas sucursales y los grandes almacenes han ido arramplando con los pequeños negocios familiares y castizos, para sustituir las leyes del buen trato vecinal por los dictados de la mercadotecnia. Pero aún quedan ejemplos, como el que muestra la foto tomada en la plaza Mayor. Se venden sardinas y aceitunas; y también los barriles que las contienen: "400 pesetas ünidad", dice el cartel prendido en uno de ellos. La mejor decoración son las ristras de ajos y de guindillas, y la mejor publicidad, el trato y el humor del tendero. Podría ser una imagen de los viejos tiempos, salvo por algunos pequeños detalles. Por ejemplo, un cartelillo del aparador dice con datos muy actuales: "Bacalao, 1.400 pesetas el kilo".
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