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Las estocadas sutiles del juez Monfort

Jean Yves Monfort, presidente del tribunal de la 14ª Sala de lo Correccional de París, tritura día a día, sin aspavientos, la estrategia de ETA para convertir el juicio en un escenario para denigrar- a la Justicia francesa y, secundariamente, a la española. El pasado jueves, los abogados de la causa etarra planteaban como condición imperiosa que el tribunal accediese a que testificase en el juicio Henri Parot, ex jefe del comando itinerante francés. Si no se cumplía tal exigencia, inculpados y letrados abandonarían la sala. Los siete inculpados, con Pakito a la cabeza, remacharon tal amenaza.Monfort se retiró con el resto del tribunal a deliberar. Cuando los tres magistrados regresaron, los siete etarras reiteraron que se iban. El juez les dio una primera estocada a su estrategia: "Ustedes han planteado una demanda para continuar aquí. ¿No quieren conocer el resultado antes de tomar dicha decisión?". Presos y abogados sufrieron el impacto con desconcierto.

Tras deliberar, optaron por aplazar la espantada hasta conocer la decisión. Nuevamente, el tribunal se retiró a debatir. Monfort, a su regreso, les dio la gran sorpresa. "En contra del criterio de la fiscal, que no lo juzga indispensable, he ordenado que comparezca como testigo la próxima semana Parot". Las miradas de abogados y presos no fueron de reconocimiento hacia el gesto del juez, sino de estupor. El juez ironizó: "Veo que esto les desconcierta; hagan lo posible por ponerse de acuerdo". Se pusieron de acuerdo. Unos y otros plantearon una nueva exigencia. Se abstendrían de intervenir en el juicio hasta que comprueben que Parot se ha presentado.

El juez Monfort, por más que abruma a los acusados con pruebas de su intención de no rehuir ninguna exigencia razonable, no acaba de entender la actitud de los inculpados: "Usted, Múgica Garmendia, no entiendo qué desea. Quiere ser más inculpado, pero luego no quiere ser examinado. ¿Qué quiere, que se le inculpe menos y se le examine más, o lo contrario?"

Según la fiscal, Irene Stoller, no es indispensable el testimonio de Parot. El sumario parece darle la razón. Pero el chantaje jurídico está hecho. Monfort, deseoso de dar el máximo de garantías para evitar críticas, ha accedido. Seguramente, no ignora que si la Justicia española rechaza tal testimonio, ETA tendrá una ocasión pintiparada para reiterar que España es "una joven democracia que no acaba de madurar". Pese a todo ello y al intento de ayer de un grupo de vascos de manifestarse en París, el juicio ha evidenciado las carencias actuales de la banda y el relativo olvido de Pakito.

Mientras los abogados de la causa etarra se devanan los sesos tratando de coger en falta a la justicia, uno de los detenidos, Josu Otxantesana, tenía la siguiente carta en su poder elaborada para celebrar el asesinato de la fiscal Carmen Tagle: "Martes por la tarde, han hecho una bella acción en Madrid. Verdaderamente eso hace daño al enemigo. Eso fue una acción muy bien preparada. Después de todo, la garza era la fiscal más podrida. Esto ha sido para nosotros como la heroína para el toxicómano. Al menos para mí, esto me ha penetrado en las venas muy bien. Es una dosis para un buen periodo de tiempo".

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