El retorno del terrorismo
Centenares de muertos en la India, dos decenas en Argelia, otros más en Egipto y Nueva York. Nunca, desde las grandes oleadas de atentados de origen palestino en los años setenta, el terrorismo había estado tan presente como en las últimas semanas. Como si los que tienen bombas quisieran confirmar con sus acciones el nuevo desorden internacional surgido tras el fin del comunismo y de la guerra fría. (...)Más allá de los Estados policiales que arreglan cuentas a golpe de metralleta con sus opositores en el exilio, como demuestra el asesinato del martes en Roma de un miembro de la oposición iraní, el fanatismo no conoce fronteras. Es como si en la exportación de la violencia sus; inspiradores vieran el principal. signo de vitalidad de "su causa".
Sin entrar en detalles sobre las investigaciones en curso, tenemos que señalar que el fanatismo religioso es el primer proveedor de terroristas: a él hay que atribuirle los atentados de Argelia, India y Egipto. Es el fanatismo más destructor ya que ataca los raros símbolos de prosperidad de los países pobres: en Bombay, la banca, en El Cairo, el turismo, una industria que da un medio de vida a millones de egipcios y aporta el 40% de las divisas extranjeras del país. El terrorismo no se limita a imponer su ideología a los demás; lo que busca es arrastrar a naciones enteras a una suerte de suicidio colectivo. Pero es precisamente en esos extremos donde reside su debilidad. (...)
18 de marzo
