La huelga de autocares en Auto-Res continúa sin atisbos de solución
La dirección y los 300 trabajadores de la empresa de autobuses Auto-Res no resolvieron ayer sus diferencias sobre la aplicación del convenio. Los paros iniciados el pasado viernes continúan. Hoy nadie podrá viajar en autocar a Badajoz, Benavente, Cáceres, Castellón, Cuenca, Gandía, Salamanca o Valencia. En la empresa Interbús, que une Madrid con Alcobendas y San Sebastián de los Reyes, la huelga ha sido desconvocada.
Los días 21 y 22 los autobuses circularán de 14.00 a 24.00 horas y de 0.00 a 14.00 horas, respectivamente. Si no se produce un acercamiento entre las partes en conflicto, los paros en Auto-Res se reproducirán los próximos viernes, domingos y lunes, incluidos los días de Semana Santa, hasta el 19 de abril.A primera hora de la tarde de ayer, la estación de Conde de Casal permanecía cerrada al público e inusualmente vacía. La mayor parte de los (5.500 viajeros que utilizan estas líneas de transportes estaban informados de los paros.
Menos de medio centenar de despistados se acercaron a la estación con su equipaje en el periodo que va de las 15.00 a las 16.00 horas. Entre ellos abundaban los muchachos que acababan de salir de permiso de los cuarteles donde cumplen el servicio militar.
Los menos enterados recibían noticia de la huelga a través de los taxistas. Un grupo de éstos, algunos con educación, otros avasallando, se aproximaban a los caminantes, provistos de grandes bolsas.
"Hay huelga, pero si quiere le podemos llevar a usted solo o con otros tres pasajeros", explicaban. El viajero, escéptico, se acercaba a preguntar a un guarda jurado que vigilaba la estación. El contrariado viajero comprobaba que la información era cierta, y, ya en la calle, el mismo taxista se le volvía a acercar para convencerle de contratar sus servicios. "A Salamanca, entre cuatro, sale a 6.000 pesetas cada uno; a Valencia, 8.000 por cabeza", proponían. Otros ofrecían el viaje a Salamanca a 5.000 pesetas por pasajero.
Dos hombres jóvenes, cargados con un aparatoso equipaje, decidieron desplazarse a la estación de tren de Chamartín. Tenían que trabajar por la noche en un espectáculo, y, a pesar de vivir en Madrid, no se habían enterado de la huelga.
Tres reclutas de permiso dudaban entre pagar el taxi para llegar cuanto antes a su destino o esperar en la estación de ferrocarril y no menguar su exiguo presupuesto de fin de semana.
Portavoces de Renfe aseguraron que todos los trenes con destino a Valencia salieron ayer abarrotados. Y eso que a los seis diarios, que tuvieron más vagones de lo habitual, se incorporaron otros cinco especiales, previstos por el puente y la celebración de las Fallas.
Las huelgas intermitentes de autobuses de línea regular, convocadas por CC OO, comenzaron el viernes 12 de febrero. Los primeros paros fueron secundados por los trabajadores de Auto-Res y de otras tres empresas del sector: La Sepulvedana, Doaldi e Interbús.
Los empleados de las cuatro compañías exigían a sus empresas, afiliadas a la patronal Fenebús, la aplicación del convenio de 1992. Todas ellas se resisten a acatarlo, ya que equipara a estas líneas regulares con las discrecionales, que tradicionalmente han contado con sueldos superiores.
En La Sepulvedana, Doaldi e Interbús se han alcanzado acuerdos y los paros han quedado suspendidos. Pero el convenio -recurrido por la patronal Fenebús, que dirige José Luis Pertierra- queda supeditado a la sentencia del Supremo o del Constitucional.
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