_
_
_
_

Las excavadoras derriban 15 chabolas 'ilegales' del poblado de San Fernando de Henares

No se recurrió a la fuerza ni hubo airadas protestas cuando dos excavadoras, fuertemente custodiadas por policías locales, nacionales y agentes de Protección Civil, llegaron a las diez de la mañana y derribaron 15 chabolas ilegales (no censadas por el Ayuntamiento). Quince familias gitanas en su mayoría, como el resto del poblado tuvieron que desalojar. Ocurrió ayer en el poblado de Los Berrocales, erigido en San Fernando de Henares tras la inundación que segó sus anteriores casas. Unas obras paralizadas por los vecinos impiden que el asentamiento haya desaparecido del mapa.

En la operación intervinieron varias dotaciones de la Policía Local de San Fernando de Henares, Cuerpo Nacional de Policía y Protección Civil. Fuentes municipales aseguran que los chabolistas afectados por el desalojo estaban avisados desde hacía ocho días. Pero cuando ayer llegaron las máquinas nadie había sacado sus enseres de sus viviendas. Tuvieron que hacerlo deprisa y corriendo.Algunos sencillamente se negaron a hacerlo. De hecho, en la operación se preveía derribar una veintena de chabolas. Las familias que decidieron oponerse al desalojo fueron respetadas, ya que la policía no tenía la orden judicial correspondiente. Ésta, aseguraron, se estaba tramitando.

Protesta de IU

Las familias desalojadas o pendientes de desalojo son las que han llegado aquí en los últimos tres años y que no han podido censarse en el Ayuntamiento. Las excavadoras derribaron selectivamente sus casas y las grúas retiraron sus automóviles y la chatarra amontonada en la carretera de acceso a la urbanización Los Berrocales, de donde toma el nombre este asentamiento. La limpieza del lugar, según responsables municipales, se llevará a cabo en varios días.

El grupo municipal de Izquierda Unida envió una nota de protesta a los medios informativos sobre la medida adoptada ayer: "Exigimos al Gobierno municipal que cese en su agresión a unas familias cuya única culpa es aspirar a una vivienda digna", decía la nota. Este asentamiento, compuesto por más de 40 chabolas, se alza en el margen de la carretera de Barcelona desde finales del año 1989, cuando los chabolistas, la mayoría de ellos de origen, portugués, veían cómo el desbordado río Jarama arrasaba sus anteriores viviendas.

Muy poco tiempo después, a principios de 1992, tres administraciones firmaron un convenio para terminar con la situación de las 24 familias afectadas por la inundación. El Ministerio de Asuntos Sociales, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de San Fernando se comprometieron a facilitar viviendas a dichas familias, empadronadas tiempo antes en el municipio. La promesa no se ha cumplido, y no por culpa, esta vez, de las administraciones públicas, que ya han emprendido las obras en una finca del mismo límite municipal.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Los responsables municipales aseguran que la oposición frontal de los propietarios de tierras colindantes al lugar donde se deben alzar las casas prefabricadas es el motivo de tal incumplimiento. De hecho, un par de veces un grupo de vecinos ha impedido el paso de los materiales de construcción.

Precisamente los habitantes de esta urbanización de lujo han denunciado en varias ocasiones haber sido apedreados por los chabolistas al circular por el lugar. Los supuestos agresores se quejan, por el contrario, de que los automóviles circulan junto a sus casas a más de 100 kilómetros por hora. La carretera es estrecha y aseguran que los coches han causado ya tres atropellos.

Por si los males de este lugar no fueran pocos, tres chabolas resultaron destruidas el pasado mes de febrero como consecuencia de un incendio originado en una estufa de leña.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_