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"¿Miedo? En Leganés las he visto peores"

El Atlético pide justicia contra el Olimpiakos y los jugadores narran los hechos con alivio

"¿Miedo? En Leganés las he visto peores". Juan Sabas ironizó con sus recuerdos de barrio sobre el bronco encuentro disputado el jueves por el Atlético de Madrid ante el Olimpiakos (1-1). Otros, faltos tal vez de ese aprendizaje de adolescencia, lo pasaron peor. Aurelio Cachadiñas, el masajista, recibió un puñetazo; Schuster, una coz policial; Solozábal, un cabezazo; Sabas, un mecherazo; sus compañeros, patadas mil, y sus hinchas, un surtido de monedas, botellas y saliva. El Atlético pide castigo para el Olimpiakos. La UEFA no actuará hasta conocer el acta arbitral del sueco Larsson.

"Me sacaron de allí a empujones, lo que no tiene mucho mérito". El diminuto Sabas estaba calentándose detrás de la portería cuando vio a Savidis propinar un duro puñetazo a Cachadiñas, el masajista del Atlético. Quiso intervenir, pero un agente le envió al suelo de un empujón. "Un griego estaba intentando sacar a Alfaro como si fuera un fardo y yo traté de impedirlo. Entonces llegó un tío con barba y abrigo marrón que me dio una patada. Después apareció el 16 [Savidis] y me soltó un puñetazo que casi me arranca la cabeza", recordó Cachadiñas.La primera enganchada dio lugar a otra en la conclusión del encuentro. Schuster, su protagonista, la recordó así: "Me disponía a lanzar un córner cuando a mi lado cayó una botella. La cogí y se la enseñé al árbitro. En ese momento vino un defensa [Tsaluhidis] a quitármela y comenzó a insultarme. El juez de línea se fue y el colegiado pitó el final del partido, pero nosotros no nos enteramos y comenzaron a caer más cosas desde la grada". En la refriega, Solozábal recibió un cabezazo de Mitsibonas. "El árbitro lo vio claramente, pero no quiso saber nada", concretó el defensa.

La retirada de los jugadores a los vestuarios fue muy confusa. "En el túnel ha habido de todo. La policía, en vez de poner paz, contribuyó al espectáculo", dijo Moya. Schuster se llevó la peor parte: un agente le asestó una dura patada en una rodilla. Para ese momento, Jesús Gil, el presidente rojiblanco, ya estaba a la búsqueda de sus chicos. "Bajé para que no los liquidaran porque los policías eran peores que los espectadores".

Gil no cobró, pese a combatir en tres frentes. Plantó cara a los directivos griegos en el palco, a la policía en el túnel y al portero del Olimpiakos, Mirtsos, camino del vestuario. "Esto es peor que África", gritó en el palco cuando vio el puñetazo de Savidis a Cachadiñas. "En España también pasa", le respondió Daifas Stavros, el presidente del Olimpiakos. "Esto es un circo que ni en África se ve", repitió Gil. Ya en el túnel, se encaró con el portero rival. "A ver si eres tan valiente en Madrid", le gritó.

La federación española tiene que tomar cartas en el asunto y dirigirse a la UEFA. No se puede consentir que un equipo español salga a un circo de éstos", advirtió más tarde.

El amigo de Villar

Gil la envió ayer un fax para que haga llegar un vídeo del partido al máximo organismo europeo. René Eberle, el responsable disciplinario del mismo, dijo a EL PAÍS que la UEFA no actuará hasta conocer el acta arbitral. Un portavoz consideró posible una exclusión temporal del club griego de las competiciones o el cierre de su estadio.Ángel María Villar, el presidente federativo, se halla en una delicada situación: debe defender a un club español, pero no desea enemistarse con uno de sus pocos amigos en la Europa futbolística, su homólogo griego, Konstantinos Trivellas. Éste y su esposa, por ejemplo, pasaron unas jornadas en Las Palmas invitados por la propia federación española.

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