El macroparlamento ruso dará la puntilla en marzo al referéndum

El Congreso de los Diputados del Pueblo, el máximo órgano de poder en Rusia, se reunirá el 9 o 10 del mes próximo. La principal tarea del macroparlamento ruso consistirá en cancelar el referéndum constitucional del 11 de abril, atendiendo a los deseos de las repúblicas de la Federación Rusa, de la mayoría de las provincias y de la mayor parte de los diputados.

"No podemos evitar la convocatoria al Congreso de Diputados", dijo ayer Ruslán Jasbulátov, jefe del Sóviet Supremo. Y aunque la decisión formal de reunirlo se votará la próxima semana, "ya hay que empezar a prepararlo para el 9 o el 10 de marzo".

Con esto, la comisión concilatoria -formada por representantes del presidente ruso, Borís Yeltsin, y de Ruslán Jasbulátov- tiene más tiempo para buscar una fórmula de compromiso que evite la guerra abierta entre los dos poderes.

Esta noticia, aunque previsible, no es buena para Yeltsin, pues significa que el Congreso se reunirá para cancelar el referéndum, independientemente de que la comisión conciliatoria tenga éxito o no. El presidente ruso considera que si no se llega a acuerdo, se debe realizar el plebiscito para dirimir el conflicto entre el Ejecutivo y el Legislativo.

Las malas noticias para Yeltsin no se reducen a la necesidad de enfrentarse a un Congreso hostil. El jefe del Estado tampoco tiene muchos amigos entre los jefes de los parlamentos de las repúblicas que integran la Federación Rusa ni entre los de los sóviets provinciales.

El 90% de ellos considera negativa la gestión de Yeltsin, según una encuesta que publicaba ayer en primera plana el prestigioso diario Komsomólskaya Pravda.

En cambio, los dirigentes republicanos y provinciales consideran positiva la gestión de Ruslán Jasbulátov (62%), la del presidente del Constitucional, Valeri Zorkin (también 62%) y la del vicepresidente de Rusia, Alexandr Rutskói (51%). El primer ministro, Víktor Cherdomirdin, obtuvo un 38% de votos positivos.