El temor a perder las elecciones obliga a los socialistas a relegar a sus 'caras quemadas'
A.DÍEZ / L.R. AIZPEOLEA Gobierno y la dirección del PSOE han decidido relegar a sus dirigentes más quemados por temor a perder las elecciones. Las encuestas, los debates y la resonancia informativa del reciente congreso popular han empujado a los socialistas a emprender un claro cambio de rumbo. El PSOE respaldará a su principal baza electoral, Felipe González, con un creciente protagonismo a escala nacional de líderes regionales, dirigentes más jóvenes y alcaldes de prestigio. Miembros históricos del PSOE, como Eduardo Martín Toval, Abel Caballero o Juan Carlos Rodríguez Ibarra, compartirán cartel con otros socialistas en alza dentro y fuera del partido, como Ramón Jáuregui, José Bono, Pasqual Maragall o Javier Gómez Navarro.
Los socialistas se emplearán también a fondo para contraatacar ante las acusaciones de corrupción y descentralizarán la campaña electoral dando juego a los comités regionales y provinciales.La repercusión en los medios de comunicación del congreso del PP, el ascenso continuado de este partido en las encuestas electorales y el goteo de los casos de corrupción que salpican al PSOE han puesto en alerta a los socialistas. Éstos se plantean, por primera vez en 10 años, que existe la posibilidad real de perder las elecciones ante el PP y que tienen frente a ellos a José María Aznar como alternativa para desplazar a Felipe González de la Moncloa.
En la sede socialista de la calle de Ferraz causó gran malestar el debate del pasado miércoles en el programa de Antena 3 televisión, dirigido por Jesús Hermida, en el que cinco dirigentes del PP llegaron a colocar a la defensiva a cinco personalidades del PSOE.
La dirección del PSOE y el grupo parlamentario trabajan estos días en la elaboración de listas de alcaldes, diputados y altos cargos que sean capaces de mejorar la imagen del partido, sin tener en cuenta la tendencia que representan. Según las fuentes consultadas, el criterio de selección sólo se basa en "los conocimientos que pueden aportar". Se busca una imagen amplia y variada: en unos casos "modernidad", en otros "respetabilidad" y en otros "brillantez", sin olvidar al grupo de "leñeros" que hagan frente al sector que ejerce este papel en el Partido Popular.
En la lista figuran el secretario general del PSE-PSOE, Ramón Jáuregui, y el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono. Entre los diputados que se considera que pueden dar mucho juego están el alavés Javier Rojo; el leonés José Luis Rodríguez Zapatero; el diputado por Zaragoza Fernando Gimeno y el secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha, Juan Pedro Hernández Moltó.
Entre los alcaldes se baraja el de Barcelona, Pasqual Maragall; el de Zaragoza, Antonio González Triviño, y el de Málaga, Pedro Aparicio. Entre los altos cargos destacan el secretario de Estado para el Deporte, Javier Gómez Navarro, y los ex ministros José Barrionuevo y Joaquín Almunia.
Las mujeres que previsiblemente saldrán a la palestra serán Ana Balletbó, Francisca Pleguezuelos, Carmen Pereira, Dolors Renau, María Dolores Pelayo, Amparo Rubiales y Carmen Romero, según miembros de la dirección del PSOE.
Los diputados hasta ahora desconocidos que serán promocionados son Luis Berenguer, Jorge Novella, Luis Alberto Aguiriano, Carlos Dávila, Joan Manuel del Pozo, Carlos López Riaño, Eduardo García Espinosa, -Victoriano Roncero y Juan José Medina. Entre los experimentados se cuentan Luis Fajardo, Miguel Ángel Martínez, Javier Barrero, Marcelo Palacios, Joan Marcet y Francesc Valls.
Reservas y titulares
"Se va a mover el banquillo", se reconoce no sólo en el Gobierno o en los sectores renovadores, sino también en el aparato del partido. "En otras campañas no ha hecho falta sacar a los reservas porque con los titulares nos bastaba. Ahora, tenemos ya necesidad de poner en marcha a todo el equipo", señalan desde medios próximos a la dirección del PSOE.
No es sólo Alfonso Guerra quien pasará a la retaguardia, sino también otras figuras "quemadas" de la dirección. Ha jugado un papel importante la imagen defensiva y vieja que el pasado miércoles ofrecieron los cinco dirigentes socialistas -Eduardo Martín Toval, Abel Caballero, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, Amparo Rubiales y Joaquín Almunia- que participaron en el debate de Antena 3, y en el que los socialistas reconocen que fueron derrotados.
El Gobierno y la dirección del PSOE reconocen que el PP ha aprovechado la corriente en contra por la que atraviesan los socialistas, derivada de la recesión económica, los escándalos de corrupción y el desgaste de 10 años de gobierno.
El jueves, parlamentarios andaluces próximos al guerrismo se lamentaban durante un almuerzo de que el discurso de Guerra, consistente en echar una cortina de humo sobre la corrupción y atribuir la responsabilidad a "una campaña política orquestada desde la derecha", ha sido nocivo. Txiki Benegas ha lamentado recientemente que el arropamiento que Guerra hizo de su hermano Juan Impidió reaccionar a tiempo.
Otra de las medidas de urgencia que se adelanta desde la dirección socialista consiste en dar juego a los comités provinciales y regionales: "Desde 1982 no se había contado con los órganos territoriales del partido. Había un claro dirigismo desde Madrid". La situación de emergencia obliga ahora a la dirección a recoger sus sugerencias y opiniones.
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