Nuevas alianzas y menos lujo en Japón
Alianzas impensables hace algunos años, descentralización de investigaciones y la apuesta por productos en los que importará más la moderación que el lujo, parecen ser las nuevas directrices que tomarán los grandes fabricantes japoneses de automóviles como consecuencia de su primera gran crisis después de 10 años de crecimiento contínuo.Para 1993 se tenía prevista una renovación parcial del parque automotor japonés que no llegará a ocurrir. El exceso de optimismo provocó cuantiosas inversiones para renovación de maquinaria, incrementos de plantilla e introducción de materiales más costosos para satisfacer a un consumidor cada vez mas sofisticado y solvente. La primera víctima del temporal fue la empresa Isuzu Motos Ltd., que anuncié a finales del año pasado el abandono definitivo de la producción de coches de turismo, dedicándose exclusivamente a la de vehículos de carga. Toyota, con una caída del 22,3% en ganancias en los últimos seis meses hasta el 31 de diciembre último, anuncié una alianza con General Motors para la producción y posiblemente investigación y desarrollo conjunto de futuros modelos.
La Asociación Japonesa de Distribuidores de Automóviles argumenta que a parte de la crisis mundial el mercado nipón se ha visto afectado por la saturación del parque automotor y la falta de espacios de aparcamiento. En julio de 1991 el Gobierno japonés estableció - una regulación que obligó a todos los vehículos de Tokio y Osaka a llevar un distintivo en la ventanilla trasera para identificar su sitio de aparcamiento, que provocó una caída de las ventas de automóviles.
La feroz competencia tradicional entre los fabricantes puede dar paso, según los analistas, a un ambiente de investigación aliada e incluso de producción conjunta y distribución entre fabricantes que hasta ahora se consideraban rivales sin tregua. Nissan tiene ya un acuerdo con Ford, que fabrica una mini-furgoneta desarrollada por el número dos de la industria japonesa del automóvil. Los directivos de Nissan predicen que en el futuro se podrán desarrollar vehículos, partes y hasta motores de manera conjunta. No obstante, han agregado, para poder tener peso en este tipo de acuerdos cada fabricante deberá tener un modelo propio de reconocida calidad.
La potenciación de las plantas en el extranjero es también una de las estrategias que la Nissan considera para los años venideros. El cuarto fabricante mundial estudia la exportación de su tecnología y equipos de investigación a sus plantas de fuera. La adaptación de los diseños a las necesidades de los países en los que se produce será otro de los factores que desplace de Tokio a otras plazas las decisiones creativas y de producción.
Asimismo, el consumidor nipón educado en la opulencia de los últimos años puede empezar a dar preferencia a un automóvil más económico, eficiente, con motores menos contaminantes, y tal vez menos potentes, en un país en el que el máximo de velocidad permitida no pasa de los 90 kilómetros por hora.
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