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Un montaje para convencerse de la victoria

Los organizadores del congreso del PP han utilizado todos los medios a su alcance para imbuir a los asistentes la convicción de que la victoria electoral está al alcance de su mano en los próximos comicios. En un cartel de más de 20 metros de largo por unos cuatro metros de alto colocado en la fachada del Palacio de Congresos, el lema "partido de gobierno", está inscrito con tal relieve tipográfico que atrae antes la atención que el emblema del PP. Muchos compromisarios, y desde luego todos los cargos públicos, hacían ya ayer cábalas sobre el poder institucional que esperan arrebatar al PSOE.Preocupados por afianzar la imagen de modernidad que perfilaron hace tres años, en el congreso que eligió en Sevilla a José María Aznar como sucesor de Manuel Fraga, los técnicos del Partido Popular han dispuesto un escenario luminoso, funcional, con dominio de los colores blanco y azul. Cinco cámaras de televisión, una de ellas instalada en una grúa móvil, transmiten las imágenes a un único centro de control, desde donde se distribuyen a las cadenas de televisión públicas y privadas.

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Mientras en el pleno se desgranaban los balances de gestión del comité ejecutivo, el polémico concejal-presidente del distrito de Centro de Madrid, Ángel Matanzo, recibía en la cafetería expresiones de apoyo incondicional. "Yo no entiendo el ser concejal sin competencias. A mí no me entra en la cabeza, y como el alcalde es una persona inteligente supongo que le ocurra igual", relató a este diario en alusión a su posible destitución. Mire usted", enfatizó, "yo quiero a mi barrio, yo soy un romántico por excelencia ¿sabe?; y tengo el apoyo no sólo del barrio, sino de todo Madrid. Así que, como amigo, no como concejal, le aconsejo al alcalde que se lo piense y no haga caso a las malas lenguas".

En el breve rato de esta conversación, media docena de personas se acercaron a animarle para que siga "adelante". Poco después, un parlamentario autonómico madrileño confesaba en privado el temor del PP a que una destitución de este concejal, tan conocido por sus métodos autoritarios como expeditivos con quienes resultan molestos a su juicio, motive una oleada de protestas vecinales.

Otro polémico militante popular, Juan Hormaechea, presidente de Cantabria, no apareció ayer por el congreso de su partido, tras haber anunciado en una rueda de prensa que iba a hacer unas aportaciones liberales.

En su ausencia, el secretario general, Francisco Álvarez Cascos, aportó desde la tribuna todos los argumentos para que un cargo público como Hormaechea, procesado por prevaricación, dimita de su puesto hasta que una sentencia judicial aclare su inocencia o culpabilidad.

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El presidente de la Xunta, Manuel Fraga, tampoco asistió ayer al Congreso, pero en su caso por compromisos relacionados con los actos del Año Jacobeo, y tiene reservada la penúltima intervención pública en la clausura del congreso, mañana al mediodía.

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