100 días para conmover España

V. R. DE A. El presidente del PP, José María Aznar, dedicará parte de su discurso, tras ser proclamado por el XI congreso candidato a la jefatura del Gobierno, a esbozar el cambio que propone para España. Su equipo se muestra muy cauto sobre cómo serían los 100 primeros días de un Gobierno con su marca, más aún cuando el programa está pendiente de aprobación por el congreso, pero los ejes de la campaña diseñada por la dirección permiten deducir indicios.

Los populares centrarán su mensaje en la salida de la crisis, la regeneración ética, la defensa "a ultranza" de las libertades y la eficacia de los servicios públicos. Para dar ejemplo de austeridad, un Gobierno presidido por Aznar tendría 11 ministros, cinco menos.

Aznar está obsesionado por la competitividad. Es el centro de su mensaje de los últimos meses. "Europa no nos salvará si nosotros no nos salvamos" y "lo que seamos en Europa depende de nosotros mismos" parecen ser sus lemas. Defender la competitividad de la economía será un objetivo "a cualquier precio". Ni la paridad de la peseta ni la permanencia en el Sistema Monetario Europeo resultarán obstáculos, llegado el caso. Lo importante para el PP es ir cumpliendo objetivos en la convergencia real.

En 100 días, los populares querrían lanzar también otros mensajes rotundos. Por ejemplo, un Estatuto del Contribuyente, que fije las responsabilidades de los ciudadanos frente a Hacienda, pero también sus derechos, y una reforma de la ley Corcuera para suprimir los registros policiales sin mandamiento judicial, un motivo de enfrentamiento con el PSOE que le ha permitido enarbolar la bandera de la defensa de las libertades.

Y diálogo social. ¿Es creíble que el PP pueda mantener un diálogo permanente con los empresarios y los sindicatos, cuando el PSOE no lo ha conseguido? Sí, responden sus dirigentes, si queda claro que un Gobierno no es ni de los empresarios ni de los trabajadores, sino de todos, y que su obligación es buscar permanentemente la concertación.