El candidato de Meciar a la presidencia de Eslovaquia fracasó en el primer intento
El Parlamento de Eslovaquia infligió ayer una derrota al primer ministro, VIadimir Meciar, al no elegir presidente de la república en la primera vuelta al candidato del principal artífice de la independencia de este país surgido de la división de Checoslovaquia, consumada el 1 de enero. Roman Kovac, del Movimiento para una Eslovaquia Democrática (HZDS), tendrá que esperar a la ronda de hoy para acceder al puesto. Todos los pronósticos le dan como favorito. Ayer, ninguno de los cuatro candidatos obtuvo la mayoría de tres quintos de los diputados necesaria según la Constitución. Kovac obtuvo en la primera ronda 69 votos, de los 90 que necesita. En segundo lugar quedó, Milan Ftacnik, de la Izquierda Democrática (SDL, ex comunista), que fue apoyado por 30 diputados.
El candidato del Movimiento Democristiano (KDH), Anton Neuwirth, obtuvo 27 votos, y Jozef Prokes, del Partido Nacional Eslovaco (SNS), 17. Los dirigentes del partido del primer ministro, VIadímir Meciar, negociaban ayer con la oposición paria obtener su apoyo electoral. Al caer la noche, no había trascendido nada del contenido de las negociaciones.
Exigencias de la oposición
EL SNS, conocido por sus tendencias nacionalistas y por su agitación contra la minoría húngara, exigía el cargo de ministro de Defensa y el 15% de los futuros embajadores que Bratislava enviará a las capitales más importantes de Europa.El SDL, formado en parte por ex comunistas, exige ejercer la máxima autoridad en el Tribunal de Cuentas de la nueva república.
La eventual elección de Kovac hoy supondría un triunfo para el partido del Gobierno, que controlaría así todos los cargos claves de la república. Además, quedaría cerrada la última oportunidad para los partidos de oposición de obtener algunos puestos en el Gobierno.
La nominación de Kovac para la candidatura presidencial fue muy criticada por algunos miembros de su partido. Milan Knazko, ministro de Exteriores, atacó el "pasado comunista" de Kovac, quien antes de la revolución de terciopelo era uno los jefes de los sindicatos checoslovacos. El candidato a la presidencia insistió en ser aceptado como miembro del partido comunista durante dos años; la solicitud le fue aceptada en noviembre de 1989, cuando era inminente el fin del régimen, y jamás retiró su carné de miembro.
Kovac ha declarado que, de salir elegido, tendrá que enfrentarse a "un año muy difícil para Eslovaquia", y ha reconocido que "la recesión puede alcanzar su peor momento y causar tensiones sociales".
En enero, inmediatamente después de la independencia de Eslovaquia, los precios subieron entre un 10% y un 40%. Los rumores sobre el fin abrupto -propalados por los checos- de la unidad monetaria pactada entre ambos países provocó una verdadera estampida de los capitales que permanecían en las cuentas de ahorro en Eslovaquia.
"Mala imagen"
Además, el Gobierno tiene que soportar la carga de una industria pesada poco rentable y que carece de clientes solventes desde la caída del Comecon, a pesar de que el desempleo afecta a 11% de la población activa.La "tarea más difícil", aseguró Kovac, será "situar en el mapa a Eslovaquia" [potenciar su papel en el mundo]. El candidato reconoció que su país tiene «una mala imagen internacional", de lo que acusa a "la diplomacia federal checoslovaca". "Siempre nos han presentado como país atrasado y débil democráticamente".
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