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La idea de anticipar las elecciones generales se abre paso en Rusia como salida a la crisis constitucional

Pilar Bonet

La idea de celebrar elecciones legislativas y presidenciales anticipadas en Rusia se está imponiendo entre la clase política, que, al margen de su posición ideológica, comienza a ver en las urnas tina posible salida de la crisis constitucional entre el Legislativo y el Ejecutivo. El referéndum nacional, que debe celebrarse el 11 de abril para aprobar las bases de la Constitución, puede considerarse como el tiro de salida de la campaña electoral. Las elecciones anticipadas tienen un enemigo importante en los diputados convertidos en nuevos apparatchiki poscomunistas y en el jefe del Parlamento, Ruslán Jasbulátov.

El Congreso de los Diputados de Rusia (el superparlamento de 1.041 diputados), que concluye su mandato en 1995, surgió de las elecciones democráticas de 1990. El presidente Borís Yeltsin, que termina el suyo en 1996, fue elegido por sufragio universal en 1991, cuando Rusia era aún parte de la URSS y el Partido Comunista controlaba el país. Las circunstancia han cambiado mucho desde entonces, pero los políticos en el poder, incluidos Yeltsin y los radicales, se han resistido a la elecciones anticipadas.Muchos de los diputados de Parlamento ruso saben que no saldrían elegidos y quieren prolongar lo más posible los "privilegios" (situación social, piso, coche, viajes al extranjero) de su permanencia en el poder Jasbulátov, por su parte, no tiene prácticamente ninguna posibilidad en la demarcación que le votó, la república de Chechenia, en el norte del Cáucaso. Tras declararse independiente de Rusia de forma unilateral, Chechenia anuló el mandato de diputado de Jasbulátov, sin que éste se haya dado por enteradoMalestar social

Hasta hace poco, Yeltsin y sus aliados consideraban que la elecciones serían desestabiliza doras y reforzarían a sus adversarios, que pueden apoyarse en el malestar de los amplios sectores sociales perjudicados por la reforma económica.

El referéndum debe "zarandear" a la sociedad civil y conducir a una reelección del Legislativo, según ha manifestado a Novedades de Moscú Guennadi Búrbulis, el ideólogo de la reforma radical. Si esto no es posible, el ex secretario de Estado cree que hay que apostar por "las elecciones anticipadas de todas las estructuras de poder, incluida la presidencia". Las declaraciones de Búrbulis indican el cambio forzado de los radicales, cuyos métodos más cercanos al golpe de Estado palaciego no han dado resultado.La "lógica anticomunista" no funciona ya en Rusia y Yeltsin se equivocó al adoptarla durante la última sesión del Congreso de los Diputados, en opinión del politólogo Igor Kliamkin, que acusa a los antiguos consejeros del presidente de haberle desinformado, al asegurarle que su coeficiente de popularidad era de un 81 %.

Según Kliamkin, la posición de Yeltsin sería "débil" en unas elecciones presidenciales este año. En cambio, el vicepresidente Alexander Rutskoi o Arkadi Volski, jefe de la coalición Unión Cívica, tienen buenas cartas para aspirar a la presidencia de Rusia.

La Unión Cívica, que está en el centro del, espectro político, tiene el mejor índice de popularidad entre todos los grupos políticos existentes (un 21%) y puede ser la organización que mejor recoja las tendencias sociales mayoritarias hoy, según Kliamkin. El 60% de la población, en su mayoría trabajadores, aspiran que se regulen los precios.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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