¿Estamos dispuestos?

Los comerciantes y empresarios están de uñas porque les exigen nuevos impuestos, se sienten atracados y no dudan en insultar a las autoridades elegidas por el pueblo. Los asalariados tampoco estamos demasiado contentos, creemos que de nuestras nóminas nos descuentan mucho dinero.¡A todos nos cuesta pagar impuestos!

Por otro lado, los empleados públicos se ponen en huelga en demanda de más sueldo, y los ciudadanos en general nos quejamos de las deficiencias de los servicios públicos y demandamos otros mejores. Queremos que funcionen mejor nuestros hospitales, nuestro sistema sanitario, queremos unos buenos medios de comunicación, carreteras, ferrocarril, etcétera, y necesitamos una buena Administración.

El sueldo de los empleados públicos y unos buenos servicios tienen que salir necesariamente de nuestros impuestos. La pescadilla que se muerde la cola: si no pagamos impuestos, mal podemos demandar servicios.

Yo pienso que la cuestión no es dejar de pagar impuestos (la Constitución dice: "Todos los españoles contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos según su capacidad económica mediante un sistema tributario justo"). El pueblo debe exigir a la Administración, esté quien esté en ella, claridad total en lo que se refiere a la forma de solicitar al pueblo la tributación como en la eficacia y claridad en la gestión y distribución. Para exigir a la Administración esto, el pueblo debería utilizar los medios que pone en sus manos un Estado democrático y de derecho. Estos medios serían: los partidos políticos, tanto los que ostenten las distintas administraciones como los que estén en la oposición, participando en ellos o dándoles nuestro voto en los procesos electorales; los sindicatos; las asociaciones; los tribunales; el Defensor del Pueblo; los medios de comunicación.

La cuestión es que esto debería exigirnos a todos y cada uno de nosotros más participación en todas las organizaciones políticas, sindicales o ciudadanas. ¿Estamos dispuestos?-