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Delors pide a Europa más protagonismo en el mundo tras el nacimiento del mercado único

La Europa del mercado único, esperada con expectación durante años en el mundo y en el propio continente, nació a las cero horas de ayer a escondidas y con tristeza. No hubo grandes declaraciones, ni fiestas, ni euforia. El presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, lamentó que "un cierto pudor", relacionado con los traumas de la construcción europea vividos en 1992, se haya impuesto a la satisfacción, e instó a Europa a tomar un papel más activo en la escena internacional.

En Bruselas fue donde con más calor se celebró la emergencia de la nueva Europa, con el encendido de una gran antorcha al son del Himmo a la alegría beethoveniano. Londres y Atenas también tuvieron ceremonias análogas, una discreción fiel reflejo del desinflamiento sufrido por la idea comunitaria a lo largo del año que acaba de concluir. La crisis provocada en junio por el no danés a Maastricht; el raspado sí francés de septiembre, el mismo mes de una tormenta monetaria que puso en tela de juicio la misma idea de la Unión Europea, y la incapacidad para atajar la crisis económica y poner coto a la guerra de Bosnia han pesado más en la mente de los europeos comunitarios que la caída de las barreras que crea un mercado de 345 millones de consumidores.Delors habló de la impotencia de los Doce ante la tragedia yugoslava y la crisis económica mundial, pero apeló a la inmensa tarea de establecer "una presencia más activa en los grandes asuntos mundiales". Según él, esa tarea depende de la "voluntad política [de los Gobiernos] de identificar el interés común de los pueblos de Europa". El presidente comunitario cree que "sólo entonces se hará realidad la máxima de que la unión hace la paz, la fuerza y la generosidad en el mundo de hoy".

Los Doce tienen abolidas desde ayer las barreras que limitaban la libre circulación de mercancías, capitales y servicios, con lo que han creado una zona de libre cambio de 345 millones de consumidores. El mercado único es una realidad que en los próximos meses se complementará con el establecimiento de la libre circulación de personas.

Once aduanas españolas cerraron ayer definitivamente sus puertas al tránsito comunitario. Las mercancías que todavía deben despacharse en frontera (frutas, verduras y productos tóxicos, entre otras) tendrán que pasar por otros pasos aduaneros.

Páginas 3 y 33 a 35 Editorial en la página 12

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