Cuatro atletas rusos, sorprendidos en Suecia con anabolizantes en su equipaje
Cuatro atletas rusos, Rodion Gataulin, Ludmila Narozhilenko, Margarita Ponomarieva y Tatiana Reshetnikova, fueron sorprendidos el pasado viernes por agentes aduaneros de Malmöe en posesión de 60 tabletas de anabolizantes, según se informó ayer en un comunicado oficial. Los deportistas fueron obligados a pasar un control de dopaje, anunció ayer el club MAI, al que estaban ligados para una campaña de entrenamientos.
Gataulin -campeón de Europa de pértiga de 1990 en Split (Croacia), con 6.02 metros-, Narozhilenko y Ponomarieva -campeonas mundiales de 100 metros vallas y 400 metros vallas, respectivamente- y la velocista Rechetnikova fueron obligados a regresar a su país, junto con la entrenadora, Lidia Fedotova, en cuyo maletín fueron halladas las sustancias prohibidas.El club MAI ha rescindido el contrato con los atletas rusos que iban a entrenarse en la nueva pista cubierta de Malmöe, en el marco de un programa que afectaba a unos 25 atletas de primera categoría de Rusia. Este incidente, además, ha obligado al club a cancelar una reunión en pista cubierta prevista ara mediados de febrero en Malmöe.
Tras consultar el caso con la Federación Internacional de Atletismo Aficionado (IAAF), el vicepresidente de este organismo, Arne Ljugqvist, ordenó que los atletas fueran sometidos a control de dopaje. Los resultados se conocerán dentro de algunas semanas, según indicó ayer M. Bengt Bendéus, presidente del MAI.
Ljungqvist, que también ostenta el cargo de presidente de la Federación Sueca de Deportes, lamentó la creciente introducción de esteroides desde la antigua Unión Soviética a Suecia: "Hay enormes cantidades de anabolizantes allí y los ingresos que se pueden obtener son muy altos. La tentación debe ser grande, sobre todo en países en los que hay pobreza", comentó. Ljungqvist añadió que este asunto será tratado en la reunión de la IAAF, en Yakarta, a finales de enero.
El programa de entrenamientos contratado por el club MAI con los atletas rusos, y ahora suspendido, tenía una duración de nueve meses y los patrocinadores se hacían cargo de todos los gastos de comida y alojamiento.
