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Nadie ronca en 'El principio del fin'

Público y artistas mantienen el tipo en el maratón escénico del teatro Pradillo

El teatro Pradillo atraviesa una crisis con las instituciones que lo apoyan económicamente, que puede provocar su desaparición. Para evitarlo, esta sala ha organizado un maratón bajo el lema El principio del fin, de tres días de duración, al que han respondido positivamente tanto los profesionales del mundo escénico como el público. Todos aguantan como jabatos, y la sala -a veces, también el bar-, permanecen repletos y, en contra de lo previsto por alguna lengua viperina, nadie ronca o se duerme en el transcurso de las representaciones.

La respuesta ha sido inmediata y contundente. Las jornadas del maratón de las artes escénicas contemporáneas, organizadas por el equipo del teatro Pradillo en solicitud de apoyo ante el peligro de extinción que se les avecina, han tenido repercusión, al menos entre el público y los profesionales del mundo de la escena. A las pocas horas de iniciarse el viernes este inusual gesto de apoyo, 300 firmas solidarias llenaban un puñado de folios en los que se so licitaba la continuidad de este teatro. No obstante, no se ven estos días desfilar caras populares por allí, a pesar de las visitas de conocidos como el escritor Álvaro del Amo, el actor Manuel Galiana, el marionetista Francisco Peralta o el cantante Ricardo Solfa. "No somos populares", señala Juan Muñoz, director del equipo del teatro Pradillo; "es tamos apoyando a creadores que luchan por defender un es tilo de creacion, no por defender el éxito o la fama".Sin 'ladrillos'Treinta y dos compañías de teatro, danza y música se han ofrecido para actuar estos días en el maratón que esta noche concluye. Eso sí, todas ellas han sido benévolas con los va lientes que acudieron a la cita: ningún grupo ofreció algún es pectáculo de los llamados ladrillo.

Los montajes nunca supe ran mucho más de una hora, aunque la mayoría giran en torno a los 15 minutos. Incluso los hay, como el presentado el primer día por la compañía Cambaleo, de dos minutos 37 segundos, tras los cuales cosecha ron un gran éxito, reflejado en aplausos, gritos y bravos que duraron lo mismo que el espectáculo.En cualquier caso, entre el público hay auténticos forofos: "Esto se debería hacer más, aunque no hubiera problemas concretos que defender", comentaba alguien del público que no está ligado profesional mente al teatro. "Hay muchas cosas que ver y esto te facilita las cosas como espectador, ahora me voy a cenar y luego me pasaré otro par de horitas", auguraba otro.Quien trabaja más a destajo estos días es el responsable de la pequeña cantina del teatro, quien, para colmo, es un espontáneo colaborador que no pertenece al gremio de la hostelería. Sirve cañas tratando de superar su desafortunado estilo y la gente se desplaza con ellas en la mano para leer los carteles que La Tartana ha colgado por las paredes.En uno cuentan que abrieron el teatro para tener un espacio permanente donde mostrar los espectáculos de compañías, que, como la Tartana y otras muchas, practican un teatro contemporáneo que no pretende ser ni moderno ni no moderno, ni vanguardista ni de ninguna manera. El resto de los carteles ofrecen un detallado y minucioso balance económico y artístico de esta sala. (Véase El PAS de ayer). Los responsables del teatro consideran que lo único que les puede garantizar su supervivencia es un convenio con las tres Administraciones (central, autonómica y municipal). Parece que las conversaciones van bien entre las dos primeras, aunque no terminan de definirse, pero la situación es más peliaguda en la relación con el Ayuntamiento madrileño.

"Nuestro interés", comenta Muñoz, "sigue estando en crear un espacio vivo de las artes escénicas y de la cultura contemporánea, además de un lugar de encuentro, debate y creación, y los resultados de estos años nos demuestran que hemos ido por buen camino".

Para hoy, última jornada maratoniana, está previsto que a las siete de la tarde abra la sesión Sable Danza. Tras ella actuarán la Compañía Luca Nicolaj, La Tartana Teatro, Esteve y Ponce CIA, Robadura Dansa, Cambaleo Teatro Elena Córdoba, María José Ribot y María José Pire, Clónicos, la Compañía de Antonia Andreu, Teresa Nieto, Fases, Pilar Gavín, Atenados y el grupo La Carnicería con la obra Vino tinto, de Tomas Bernhard, montaje creado especialmente para este maratón, al igual que el 50% de los que se ofrecen.

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