La separación- de Carlos y Diana queda se oficializada sin una crisis de sucesión

El palacio de Buckingham, la residencia oficial de la reina de Inglaterra, informó ayer a los británicos de la separación oficial, pero no divorcio, de los príncipes de Gales, Carlos y Diana. El anuncio fue realizado de manera simultánea por el primer ministro británico, John Major, en la Cámara de los Comunes, y por el lord canciller, en la Cámara de los Lores.El cuento de hadas que comenzó con la boda de la pareja en 1981, y que atrajo la atención de más de 500 millones de personas en todo el mundo, no ha tenido un final feliz. A pesar de la crisis que esto supone en el seno de la familia real británica, el primer ministro Major aseguró que la posición constitucional de los príncipes no se altera. La Cámara respondió con murmullos cuando afirmó que, tras el anuncio de la separación, "no hay razón para que la princesa de Gales no sea coronada reina a su debido tiempo". Major también informó que la separación no impedirá que el príncipe de Gales sea nombrado jefe de la Iglesia de Inglaterra cuando acceda al trono británico.

El momento elegido para el anuncio de la separación parece haber sido decidido por los príncipes para aclarar su situación familiar antes del regreso a casa de sus dos hijos, Guillermo, de 10 años, y Harry, de ocho, que este fin de semana inician sus vacaciones escolares.

Carlos y Diana alcanzaron de forma amistosa el acuerdo de separarse, y seguirán acudiendo juntos a los compromisos públicos, al menos a los que figuran en la agenda de manera inmediata. El príncipe residirá ahora, cuando se encuentre en Londres, en Clarence House, la residencia oficial de la reina madre.

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