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Stoichkov acaricia el Balon, de Oro

El holandés Van Basten se perfila como el único rival del búlgaro por el galardón europeo

El mejor regalo de navidades para Hristo Stoichkov sería el Balón de Oro. Se convertiría así en el primer futbolista búlgaro elegido Fulbolista Europeo del Año y el primer jugador barcelonista que recibe el premio desde que Luis Suárez lo consiguiera en 1960, aunque se admite matizaciones sobre las cualificaciones de Johan Cruiff, galardonado por tercera vez en 1974, pocas semanas después de su aterrizaje en la Ciudad Condal y en función a sus actuaciones en el Ajax y la selección holandesa. Ahora el rival más peligroso para Stoichkov puede ser otro nueve holandés, Marco van Basten, candidato a igualar los tres balones de su maestro Cruyff.

Los corresponsales europeos de la revista France Football luchan con sus conciencias en una votación de inusitada dificultad. Los años pares suelen arrojar claros candidatos al podio a raíz de lo visto en Eurocopas o Mundiales. 1992, sin embargo, ha sido un año de escaparates semivacíos.En primer lugar, el proceso de eliminación resulta sorprendentemente fácil. Jean-Pierre Papin, el vencedor del año pasado, ha tenido un 1992 sumamente olvidable. Hace un año, el goleador francés tocó oro con una ventaja de 99 puntos sobre sus rivales pero sería inverosímil pensar que alguno de los 10 primeros pueda conservar su puesto. Quizás porque no menos de ocho han cambiado de club sin registrar mejorías deportivas. Fueron el propio Papin (Marsella-Milán), Mattháus_ (Inter-Bayern), Pancev (Estrella Roja-Inter), Savicevic (Estrella Roja-Milán), Prosinecki (Madri¿), Liñeker (Tottenham-Grampus Eight), Vialli (Sampdoria-Juventus), Belodedic (Estrella Roja-Valencia), Hughes (Manchester Utd) y Waddle (Marsella-Sheffield Wednesday). Laudrup obtuvo siete puntos y Stoichkov tres, los mismos que Begiristain. Marco van Basten, el Balón de Oro en 1988 y 1989, obtuvo dos puntos gracias -irónicamente- al corresponsal en Belgrado.

La inspiración de los votantes suele nacer entre los vencedores del año. No obstante, la Eurocopa nos brindó una selección danesa triunfadora por la suma de sus partes más que por la brillantez de sus individualidades. Michael Laudrup, caso de haber consentido compartir las alegrías danesas en Suecia, hubiera podido presentar una candidatura avalada por el doblete de Eurocopa y Copa de Europa y difícilmente desdeñable por los votantes.

Sin unanimidad

Dada una presumible falta de unanimidad sobre las opciones de Peter Schmeichel, Fleníming Povlsen, Brian Laudrup y compañía, resulta lógico que las miradas se giren hacia el campeón de Europa. Stoichkov, sobre todo, ha contado en las últimas semanas con muchos mentores, entre ellos el ex seleccionador francés Michel Platini, una voz de gran potencia entre los votantes. "Puede parecer loco", afirma, "pero tiene unos pies que hacen música cuando se dedica a hacer fútbol como él sabe". También son presenlables ante el tribunal europeo las declaraciones favorables por parte de Clemente, Sacchi o incluso el propio Van Basten. El holandés se decanta por Stoichkov o Laudrup, descartando a su amigo y compatriota Ronald Koeman a causa de la sanción por apología de violencia que manchó su dossier europeo mientras militaba en el PSV.La locura de Stoichkov se erige, obviamente, como el mayor obstáculo entre el búlgaro y el oro. Su tendencia a salir a tarjeta por partido, tanto en la selección como en el Barcelona, arroja dudas sobre su aceptación como futbolista ejemplar. Tampoco ayudan sus desmesurados ataques a algunos compañeros de profesión, su actitud con los árbitros o incluso su enfado con la propia France Football cuando en 1990, a la hora de compartir Botas de Oro con Hugo Sánchez en una presentación celebrada en Bonn, la revista optó por colocar una fotografía del mexicano en su portada.

La alternativa

La alternativa es el propio Van Basten. El prematuro fracaso azulgrana a la hora de defender su título continental deja al Milán en la pole position en la carrera hacia el título del Equipo del Año y la aportación del goleador holandés ha sido fundamental. Los 25 goles marcados en el anterior triunfo liguero están refrendados por su continuidad al frente de la actual tabla de goleadores y la estadística demuestra que cuando el Milán estableció una nueva plusmarca de imbatilibidad, Van Basten había contribuido 37 de los 101 goles marcados a un promedio de prácticamente un gol por partido.Durante una Eurocopa donde sólo el alemán Thomas Hássler pudo presumir de haber adornado su reputación personal, la aportación de Van Basten fue criticada. Aunque admite que sus actuaciones carecieron de brillantez, sólo la madera, unas manos inspiradas y un juez de línea poco inspirado le privaron de goles y fueron sus inteligentes maniobras sin balón los que abrieron los pasillos para Dennis Bergkamp, un hombre también llamado a aparecer entre los más votados.

Marco van Basten también admite que, en comparación con 1988, 1992 no ha sido el mejor año de su carrera. Pero tampoco ha sido el más fácil para los votantes.

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