El edificio del Círculo de Bellas Artes sale a subasta para pagar una deuda de 100 millones
El Círculo de Bellas Artes -entidad privada con 6.000 socios- se enfrenta a un trago doloroso: su hermoso edificio, de 14.000 metros cuadrados, en el corazón de Madrid, será subastado en enero si alguien no pone remedio. El Banco Hipotecario no está dispuesto a negociar más la deuda de 100 millones de la entidad centenaria y ahora quiere el dinero que en su día respaldó este caserón, valorado judicialmente en' al menos 1.850 millones. Los directivos del Círculo -y el Ministerio de Cultura y la Comunidad, que están en el consorcio de la entidad- intentan parar la subasta.
El juez Juan Uceda Ójeda, titular del Juzgado de Primera Instancia número 31, ha promulgado un edicto en el que anuncia que el edificio destinado a Círculo de Bellas Artes, "de 12 plantas o pisos que se comunican con seis ascensores, además de escaleras, situado en Madrid y en su calle de Alcalá, número 42 moderno", será subastado en primera instancia el 15 de enero de 1993, a las 9.30, en su sala de audiencia.Una historia de más de un siglo-elCírculo vive en Alcalá, 42, desde 1926, pero nació en 1880- puede acabar entonces ante un juez y un nuevo propietario que no quiera asumir lo que ocurre en el edificio con la atalaya más famosa de Madrid.
El Círculo se autodenomina entidad cultural privada no lucrativa, declarada de utilidad pública". Pero es mucho más. El buque insignia de las instituciones culturales -así lo nombra su presidente, el pintor Pedro García Ramos- no se llenaría ya de máscaras cada febrero, y sus 6.000 socios -un 40%, menores de 40 años- se quedarían en la calle. Por 1.500 pesetas al mes han podido aprender a pintar, estudiar en la biblioteca o leer los periódicos. Y todo Madrid ha podido pulular por la Pecera y ver, entre trago y trago de café, a los jóvenes artistas, a los estudiantes y a los socios más ancianos, que luego suben a la última planta, 400 escalones más arriba, a jugar al billar.
Sentados en la crisis
La pesadilla empezó en 1987 cuando el Círculo pidió un crédito al Banco Hipotecario. "Sesenta millones, a pagar en cinco años", recuerda el presidente, que por entonces era secretario de la junta directiva; "un préstamo normal, nada ventajoso, por cierto". La situación de crisis que encontró Pedro García cuando el escultor Martín Chirino entró como presidente, en 1983 -"los empleados llevaban siete meses sin cobrar"-, nunca les ha abandonado. En tonces se debían 200 millones y la nueva directiva la constituían jóvenes artistas en activo. "Siempre hemos vivido así, y no hemos podido pagar los 100 millones que constituyen ahora nuestras deudas", añadía Pedro García.
Luego vinieron las negocia ciones con el banco, "incluso intentamos que entrasen en nuestro consorcio para paliar las deudas, pero no fue posible". Porque el Círculo, desde 1985, tiene un consorcio en el que, aparte de la propia entidad, participan la Comunidad de Madrid -que paga cada año 100 millones-, el Ministerio de Cultura -otros 100-, Iberia -que contribuye con 25 millones- y el Ayuntamiento de Madrid, que se incorporó hace dos años y que sólo pagó, según el pintor, los 25 millones iniciales.
Lo que cuesta sostener el edificio, levantar el cierre", como dice su presidente, son 400 millones al año; luego las cuentas no cuadran, porque las aportaciones de los socios Si ponen tan sólo 108 millones anuales. "Y eso que cada vez más las actividades vienen con un patrocinador que cubre los gastos", dicen fuentes de la entidad.
Manos a la obra
De los esfuerzos de. la junta directiva nada saben los socios. "En la última reunión del consorcio hablamos de la subasta", comenta el presidente, "y parece que todos se han puesto manos a la obra". Es decir, están en conversaciones con Argentaria, entidad de la que depende el Hipotecario. Y antes de perder el edificio, el presidente está dispuesto a prescindir de otros bienes, como la colección de pintura o la de carteles de los bailes de máscaras.
Pedro García se encerró en la tarde de ayer en uno de los salones con los 17 miembros de la junta -Juan Genovés, Carlos Tena o Fanny Rubio, entre otros-. Fue una reunión "entusiasta", en la que se habló de las posibilidades de elaborar un plan de viabilidad y de frenar el proceso, dijo Pedro García. "Es tremendo que en el año más floreciente del Círculo y en la situación de crisis general ocurran estas cosas a este tipo de instituciones culturales. En cualquier caso, es una buena oportunidad para reflexionar.
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