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Un negocio de alta graduación

2.500 empresas se dedican en Japón a recoger a los borrachos que no pueden volver a casa

Juan Jesús Aznárez

Existen en Japón 2.500 empresas dedicadas a acompañar a las personas que han bebido demasiado y no pueden conducir sus vehículos de regreso a casa. Estas empresas retiran los coches, facturan a los beodos contra reembolso y despiden al embriagado con educación y modales. Cuando los protagonistas pasivos del acarreo sospechan que la tunda domiciliaria es inminente el equipo de rescate contrata un hotel.El Ministerio de Transportes ha publicado un reglamento para evitar los abusos que pudieran cometer estas empresas en el ejercicio de su caritativa labor. Portavoces del ministerio han subrayado que no hay hostilidad hacia una actividad que evita accidentes de tráfico, pero, hasta ahora, estas compañías, con más de diez núl coches en sus parques, no se atenían a ningún tipo de normativa porque no existía. Las discusiones sobre las tarifas eran frecuentes entre las empresas, no siempre honradas, y los clientes. Finalmente, las agrupaciones de taxistas denunciaron competencia desleal.

Toshio Hayashi, director de la Asociación de Conductores Designados, dice que el negocio no es nuevo: "Se le ocurrió hace 25 años a un estudiante de la Universidad de Waseda al ver que mucha gente conducía sin estar en condiciones de hacerlo".

Hayashi explica: que se trabaja en pareja. Un empleado conduce el coche del usuario achispado y otro le sigue con el vehículo de la empresa y la víctima empaquetada. "El problema con los taxistas surgió cuando nosotros utilizábamos nuestros coches para llevar al cliente desde el bar o restaurante hasta el aparcamiento donde se encontraba el suyo". Para solucionar el asunto, la asociación construye en las diferentes provincias de Japón aparcamientos donde dejan la llave del coche aquellos conductores que festivamente se aprestan a trasegar alcohol.

La Agencia Nacional de Impuestos difundió un informe según el cual Japón, con 123 rillones de habitantes, bebió 9,3 millones de kilolitros en el último ano, un 6, 1 % más que el anterior. El 71,4% del total fueron cervezas y después sake (licor de arroz). El promedio anual de alcohol ingerido por cada japonés adulto fue de 102 litros.

Hiroaki Kono, director del Instituto Nacional de Alcoholismo de Kurihama, precisó que una razón del alto consumo está en que muchas de las tradiciones de la cultura japonesa fueron santificadas con alcohol.

En las exequias de su predecesor, Haruo Maekawa, antiguo gobernador del Banco de Japón, elogió la solvencia del difunto empinando el codo. "Le gustaba la bebida y aguantaba mucho",recordó en el duelo. "Cuando bebía era encantador", remató el banquero con lágrimas en los ojos. La vieja costumbre de mantener siempre llenos los vasos de sake en reuniones sociales, cenas de trabajo o parrandas se mantiene en vigor, y el ininterrumpido brindis genera gloriosos tablones. Negarse es casi una ofensa, y muchos japoneses beben para mantener su popularidad. La situación se agrava porque cerca del 40% de los japoneses registra, por razones genéticas, una insuficiencia de enzimas, una de cuyas funciones es eliminar el alcohol de la sangre.

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