_
_
_
_
_

"Esto nos consuela un poco"

"Esto nos consuela un poco", afirmaba ayer María Méndez, tía de la asesinada Lucrecia Pérez. María explicaba a quien quisiera oírla que no se emigra por gusto, sino por necesidad. Ella aún debe buena parte de lo que le ha costado llegar a España. Por eso, y no por ganas, sigue aquí.Junto a María estaba Bolívar, otro dominicano recién llegado. Es uno de los muchos inmigrantes ilegales que viven en edificios abandonados del barrio de Aravaca. Confesaba su falta de papeles con recelo, no fuera a ser que después de la manifestación se encontrara en el centro de internamiento de Moratalaz, paso previo para la expulsión.

Desde Aravaca había llegado también la argentina Marina Natucci. "Llevo 16 años en España y me siento una privilegiada respecto a los dominicanos. A determinado tipo de extranjeros se les trata mal aquí", afirmaba.

Más información
Miles de personas piden en Madrid que el racismo que "invade Europa"` no eche raíces en España

Marina no veía a ningún vecino y la maestra española Conchita García Rosales no encontraba en la manifestación a "ninguna señora" de las que tienen dominicanos o filipinos a su servicio. "Vengo por compromiso contra la xenofobia", explicaba. También aprovechaba para dar doctrina a media docena de novicias de las Carmelitas de Vedruna. Las chicas acudían a solidarizarse de paisano. En cambio, las Misioneras Combonianas iban con hábito.

Minoría racista

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

"Yo he venido para que españoles e inmigrantes dejemos claro a la minoría racista que la xenofobia no cabe en esta sociedad", explicaba el marroquí Beyuqui.

La ecuatoguineana Pilar Guillermina no había dudado en sumarse a la manifestación. "Llevo 12 años en España y es desesperante. Cada vez me tratan peor por ser negra", decía. La suiza Eva se deshacía en diatribas contra la Ley de Extranjería. Los ecuatoguineanos que habían abucheado al alcalde también se quejaban.

Antes de comenzar la manifestación, el sociólogo español Martín Sagrera discutía con un militante del PSOE. Sagrera iba encartelado con textos como extranjeros, perdonádnos" y nativos civilizados el racismo rechazamos". Uno de ellos, "PSOE, ¿qué te extraña? Con leyes y policías tú persigues: ellos matan" había molestado notablemente al socialista, que se sentía insultado.

A la manifestación acudió buen número de latinoamericanos. "México contra el racismo", se leía en varios carteles. Los argentinos también se dejaban ver, agrupados bajo una pancarta a favor de los derechos humanos. "No vengo sólo por como estamos los dominicanos, sino también por los demás inmigrantes", aclaraba el dominicano Ricardo Cuevas. También hablaba del temor que sienten sus compañeros. "Miedo lo tiene todo el mundo. Unos lo sabemos controlar y otros, no". La brasileña Rosi Figueira lo resumía de forma lapidaria. "El PSOE con la ley de Extranjería y el PP con la ley Corcuera... el caso es que a los inmigrantes nos tienen fritos".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_