Pesimismo de Roca sobre la posibilidad de regresar a la dirección de CDC
Miquel Roca tiene una visión "pesimista" sobre su hipotético retorno a la secretaría general de Convergéncia Democrática (CDC), a tenor del balance de la entrevista que mantuvo el lunes con Jordi Pujol. El deterioro en la relación personal de los máximos exponentes del nacionalismo convergente se puso de manifiesto ayer en Madrid, donde coincidieron. Pujol no saludó a Roca en el hotel Palace, donde almorzaban, y, poco después, Roca prefirió irse a la cama a escuchar una conferencia del presidente de la Generalitat.
La entrevista que Pujol y Roca mantuvieron en la noche del lunes ha ampliado el abismo entre ambos. Según ha confesado el ex secretario general a sus colaboradores, la esperanza de que se reconduzca la crisis es escasa ya que la actitud de Pujol -inflexible hasta el extremo de que la pérdida de confianza en su número dos es total- no facilita la negociación.La actitud del presidente de la Generalitat ayer en Madrid fue significativa. "¿Puede hacer una valoración de su entrevista con Roca?", le preguntaron. "Estas entrevistas las hemós de considerar como normales [hacía 28 días que no hablaban] y tendremos más", respondió Pujol. Pujol tampoco quiso contestar a la petición de Roca de que aplace la designación del nuevo comité ejecutivo, prevista en la reunión que el Consejo Nacional de CDC debe celebrar el 13 de diciembre, si antes no se ha cubierto la secretaría general. Pujol alegó que no quería extenderse sobre cuestiones internas. Una respuesta que ha sido interpretada por colaboradores de Roca como una negativa a la petición. Máxime cuando se sabe que el presidente trabaja en solitario en la confección del comité ejecutivo.
Un ejemplo de su desconfianza hacia el aparato del partido ha sido el nombramiento de un secretario personal -Jacint Mora, un funcionario de Presidencia de la Generalitat- para atender aspectos de las relaciones entre CDC y el Gobierno. Mora trabajará por las mañanas en Presidencia y por la tardes en Convergència.
Con esta iniciativa, Pujol pretende dejar claro que algunos nombramientos y decisiones que adopte el partido serán sólo por orden suya. Además, la entrada de Mora en el aparato convergente indica, a juicio de varios dirigentes, que el papel del secretario de Organización, Josep Caminal, como puente entre Roca y Pujol está tocando a su fin.
Tal es la situación de ruptura, no sólo política, sino personal entre ambos, que ayer coincidieron en el hotel Palace -cuartel general del grupo parlamentario catalán en las Cortes- y ni siquiera se saludaron.
El presidente de la Generalitat llegó al hotel poco antes del mediodía y pasó directamente a uno de los salones donde almorzaban los organizadores del seminario España en la nueva Europa: ganadores y perdedores, que organiza el periódico Financial Times y al que había sido invitado. A unos 20 metros, en otro salón, almorzaba Roca con los diputados Josep Maria Cullell, Manuel Ferrer Profitós, Lluís Recoder y Maria Eugénla Cuenca, así como con su secretaria, Carme Amat.
El primero en levantarse de la mesa fue Pujol. Se dirigió hacia la salida y al llegar a escasos metros de la mesa de Roca, dio un breve giro y la evitó para encaminarse directamente a su habitación. Los diputados, que se percataron de la presencia de Pujol, tampoco hiceron gesto alguno por buscar el saludo. Más tarde, tras conocer que los periodistas habían sido testigos de la escena, Pujol les convocó para precisar que si no había saludado a los diputados, se debía a que había sufrido "un mareo pasajero".
Poco después, Roca dio la réplica. En lugar de dirigirse al salón donde Pujol iba a pronunciar la conferencia, optó por subir a su habitación a descansar, desoyendo los consejos de varios diputados.
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