La bomba que hirió al conde Ruiz de Castilla estaba hecha con pólvora.

La bomba que el pasado lunes causó heridas muy graves a Juan Goyeneche Moreno, conde de Ruiz de Castilla, estaba fabricada con pólvora, según el dictamen del laboratorio de la policía. Esta circunstancia descarta, aunque de forma provisional, la hipótesis de que el atentado sea obra de ETA, según fuentes policiales. Los encargados del caso han centrado sus investigaciones en el entorno personal de la víctima y en su despacho profesional en Madrid.

El aristócrata sufrió el atentado a última hora de la tarde del pasado lunes en su domicilio de la calle del Marqués de Cubas, junto al Congreso de los Diputados. Ayer seguía hospitalizado y mantiene sus constantes vitales dentro de la normalidad, según fuentes de, la residencia sanitaria La. Paz. Los médicos están preocupados por los ojos de la víctima, ya que resultaron muy dañados por la explosión.

El paquete bomba simulaba ser una caja de puros, con un peso aproximado de 300 gramos, y estalló cuando Goyeneche rasgó el papel y accionó involuntariamente el mecanismo de detonación.

El ministro del Interior, José Luis Corcuera, se refirió ayer a este atentado y reconoció que no está suficientemente claro", rectificando sus declaraciones del pasado martes, en las que indicaba que ETA era quien habitualmente envía paquetes bomba. Corcuera reconoció que la Brigada de Información de Madrid está trabajando "en más de una dirección", motivo por el que "no se puede atribuir a nadie" el intento de asesinato de Goyeneche.

Profesionales del crimen

Fuentes policiales se muestran inclinadas a pensar que el atentado obedece a algún tipo de oscura venganza personal, por lo que las pesquisas están volcadas en conocer el entorno del conde.No obstante, otros medios relacionados con el caso matizan que no han descartado de plano la hipótesis de que el paquete bomba sea obra de un grupo incontrolado próximo a ETA, si bien no han aparecido indicios de que esta organización tuviera entre sus objetivos a Goyeneche.

El hecho de que la bomba estuviera fabricada con pólvora -sustancia inhabitual en ETA- y otros detalles técnicos, como el empleo de perdigones de caza a modo de metralla, inducen a pensar que el artefacto fue confeccionado por un profesional del crimen. Fuentes policiales barajan la teoría de un intento de crimen por encargo, pero hasta el momento ignoran quién es la persona que hizo tal encargo.

La policía tenía previsto tomar declaración ayer a varios familiares del conde con el objeto de poder llegar a conocer si éste tiene algún enemigo.

Las investigaciones también se extienden a Barcelona, ciudad desde la que fue enviado por correo ordinario el artefacto explosivo. En el remite del paquete figuraba el nombre de la librería Ecus, que ha resultado ser inexistente.